Del acceso masivo a los créditos y la falta de educación financiera resulta la dificultad que tienen los peruanos para afrontar una deuda. Para inicios del 2018, el nivel de morosidad estará en 3,35% como un reflejo de un mayor incremento de créditos por las fiestas (navidad y año nuevo) y que las personas prefieran gastar a pagar sus deudas antiguas, según un estudio del Grupo Kobsa.
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El estudio, que detalla los efectos de los gastos navideños, arroja que las nuevas compras que se realizan en diciembre (muchas de ellas generando nueva deuda) y sus antiguas deudas, repercuten considerablemente en enero del siguiente año.
“Los meses finales del año se caracterizan por la gran cantidad de créditos a los que accede el peruano para realizar sus compras”, afirma la empresa.
Para entender mejor la situación, el informe del Grupo Kobsa considera dos aspectos importantes y que se encuentran directamente relacionados: el acceso al crédito y el incremento de deudores.
Con respecto al primero, se observa que desde el 2011 los centros de atención financiera se han cuadruplicado y actualmente existen 648 puntos de atención por cada 100 mil habitantes en el país.
Y si a esto se le suma el hecho que acceder a un crédito financiero no es muy difícil; esto lleva al hecho que el número de deudores en los últimos años se ha incrementado de manera importante.
Para este año un 39% de la PEA tiene acceso a un crédito y por ende acumula una deuda, informa el grupo.
INCLUSIÓN FINANCIERA Y REFINANCIAMIENTO
Según la CEO del Grupo Kobsa, Ana Vera Talledo, en las dos últimas fechas navideñas, la facilidad de acceso al crédito (producto de la inclusión financiera) y la poca educación financiera, sumado con el crecimiento económico desacelerado del último año, contribuyó a que muchos peruanos utilicen sus gratificaciones priorizando el gasto en sus compras en lugar de pagar sus deudas.
“Una opción a la que acceden los deudores cuando no puede hacer frente a sus obligaciones financieras es el refinanciamiento y se observa que para agosto de este año se incrementó en 16%”, anotó Vera.
Para la ejecutiva, “el refinanciamiento refleja la dificultad que tiene los deudores para pagar, pero también funciona para evitar que descuiden sus compromisos de pago; los clientes explican la situación y si es necesario se ajustan los intereses para que se adecuen al presupuesto que tienen y evitar pérdidas para las entidades financieras”.
Finalmente, del total de los deudores del sistema financiero, el segmento de créditos de consumo lo conforman con un 75%, un 16% son las microempresas y un 5% son las pequeñas empresas.
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