El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) recortó sus estimaciones de superávit comercial para este año y el próximo, en medio de la inquietud por la posibilidad de que la guerra comercial entre Estados Unidos y China frene la demanda de cobre, mayor exportación del país sudamericano.
La autoridad monetaria proyecta un superávit de US$6.900 millones este año, por debajo de los US$9.000 millones pronosticados hace tres meses, anunció el miércoles al Congreso su presidente, Julio Velarde. Para 2019, el ente emisor bajó la estimación de superávit de US$10.000 millones -lo que habría sido un récord- a US$5.800 millones.
Los precios del cobre han retrocedido un 20% este año debido a los aranceles que EE.UU. aplicó a importaciones desde China y la amenaza de implementar medidas adicionales, lo que disminuyó las perspectivas de crecimiento mundial. Perú es el segundo productor de cobre a nivel mundial después de Chile y un importante exportador de zinc, oro y plata. Velarde indicó que el banco central anticipa que el precio de las exportaciones en general descienda un 2,2% el próximo año.
“Vemos una creciente incertidumbre en el mundo relacionada con las guerras comerciales”, comentó Velarde. “Pese a que el crecimiento de EE.UU. es particularmente robusto, existe incertidumbre sobre la situación en el futuro, en parte debido a los temores de que la guerra comercial empeore”.
La balanza comercial de Perú pasó de déficit a superávit en 2016 y 2017 tras un repunte en los precios del cobre, lo que ha llevado a compañías como Anglo American a dar luz verde a nuevos proyectos mineros en los últimos meses.
Se espera la apertura de nuevas minas con el fin de elevar la producción de cobre del país a 4,2 millones de toneladas en 2025 frente a los 2,4 millones de toneladas de este año, explicó Velarde.
El banco central mantuvo su pronóstico de crecimiento económico de 4% este año y 4,2% en 2019. En cuanto a la inflación, anticipa un 2,2% para este año y 2% para el próximo.
El sol peruano se ha visto poco afectado por las disputas comerciales y la depreciación de monedas en mercados emergentes, y se espera que se aprecie en el mediano plazo, aseguró Velarde. La moneda del país se ha debilitado 2,7% frente al dólar estadounidense este año, lo que contrasta con las disminuciones de 51% y 20% del peso argentino y el real brasileño, respectivamente.