Hace un tiempo escribí sobre algunas maneras de destruir nuestra credibilidad. Creo que no está de más repasarlas cuidadosamente en versión actualizada y en positivo.
1. Sé transparente. Trata de ser siempre correcto, decente y trata de serlo por igual en todos los ámbitos en los que te mueves, sin dobleces ni contradicciones.
2. Actúa con integridad –que es la base de la buena reputación–. Ser íntegro siempre es difícil y requiere de esfuerzo diario y permanente, pero es fundamental serlo si queremos tener credibilidad.
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3. Tener una buena reputación y una marca personal impecables también requiere de coherencia y consistencia, con valores y principios éticos. No los ignores ni evadas jamás, aunque muchos otros lo hagan.
4. Esfuérzate en generar confianza. No cambies de parecer o de bando según tu conveniencia o interés del momento. Actuar sin línea ética clara o con ética elástica destruye tu credibilidad y tu reputación irremediablemente.
5. Cuidado con sobrepasar los limites de lo correcto para lograr siempre tus fines o propósitos. Pasar por encima de los demás, cambiar los hechos, confabular, calumniar, chismear, inventar data o alterar la verdad tarde o temprano rebota muy negativamente.
6. Tratar a los demás como tontos porque no conocen tus mañas es muy peligroso, tanto como ser arrogante o despreciar a los demás. Nadie perdona el desprecio ni hoy ni nunca.
7. Jamás invalides los argumentos de los otros a rajatabla si no te sirven. Nunca los desacredites a ellos o a sus ideas cambiando los hechos o la verdad, aunque sea muy fácil hacerlo.
8. No culpes a los demás de tus fallas, de tus errores y, sobre todo, de tus fracasos. Cuidado con no aceptar la responsabilidad si no te conviene en el trabajo, con tu gente; y menos con los clientes, familia o amigos.
9. Si te equivocas, evita ser de esos que jamás reconocen sus fallas ni piden disculpas o perdón a nadie. Reconocer honesta e hidalgamente nuestras faltas o errores solo fortalece nuestra buena reputación y nuestra credibilidad.
10. Jamás uses o manipules a los demás ni busques a tus contactos solo cuando los necesitas, ignorándolos el resto del tiempo. Piensa en la gran importancia que la lealtad tiene para tu avance profesional, y sobre todo para tener relaciones autenticas y de largo plazo.
11. Agradece mucho y con frecuencia lo que te dan y lo que recibes, hacerlo no es deber favores, es mostrar gratitud y generosidad de espíritu. Todo eso abunda en tu reputación.
12. Valora mucho los esfuerzos de los demás, sobre todo los de las personas cercanas a ti. Ellas lo necesitan y ayudarlos a sentirse valorados es clave para que luego crean en ti.
13. Reconoce el trabajo, las ideas o los méritos de los demás. El éxito debe ser siempre compartido y jamás tuyo y solo tuyo.
14. Mucho cuidado con la impunidad, con eso de decir una cosa hoy, una diferente mañana, cambiar las versiones, negar tus palabras y creer que nadie se dará cuenta. Eso hace que no se crea nada bueno de ti, nunca.
15. Respeta siempre tu palabra, nunca ignores los acuerdos tomados. Tu integridad y credibilidad están detrás de cómo honras tus compromisos y asumes las consecuencias de tus acciones, aunque éstos ya no te sean favorables.
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