En octubre pasado, Jorge Ramírez asumió las riendas de la agroexportadora peruana Camposol. En entrevista exclusiva con El Comercio, el gerente explica el dinamismo de la compañía, cuyas calificaciones de crédito corporativo y de emisión fueron elevadas de CCC- a B- por Standard & Poor's a inicios de febrero.
—En el 2016 colocaron menos productos, pero sus ingresos y ganancias crecieron. ¿Qué pasó?El 2016 fue favorable por algunos eventos importantes. Subimos gradualmente nuestros volúmenes de blueberries y langostinos, principalmente, a consecuencia de inversiones pasadas. Adicionalmente, mejoraron los márgenes de estos productos y hubo un incremento de precios, sobre todo en la palta, que pese a la menor producción fue muy rentable.
—¿Los cambios climáticos observados afectarán sus perspectivas para este año? No hay nada que me haga pensar hoy en una señal de alerta. Por ejemplo, vamos a tener mayores volúmenes de palta, no solo en la compañía sino también en el país. El volumen debería de crecer alrededor de 40% respecto al año pasado, en general, para todos. En el caso del langostino, tendremos un poco más de volumen tras convertir 15 hectáreas adicionales para cultivo intensivo.
—¿Y qué pasará con los arándanos? El año pasado preveían alcanzar las 2.000 hectáreas en cinco años.Ya tenemos 1.466 hectáreas y esperamos terminar este año con alrededor de 2.000 hectáreas.
—También cultivan uva. ¿Qué estrategia tendrán con este cultivo? Estamos pasando de la variedad red globe a seedless. Mantendremos las 400 hectáreas actuales pero con un nuevo mix de 75% seedless y 25% red globe.
—El año pasado salieron del negocio de conservas. ¿Qué productos podrían completar ese espacio?Tenemos 16 cultivos que se prueban en Chao (La Libertad) y otras zonas del país para ver por dónde irá nuestra siguiente ola de crecimiento. Nos hemos expandido en mandarinas. Empezamos con 50 hectáreas, las duplicamos y tenemos un plan de crecimiento en el que creemos que esta es una oportunidad importante para los próximos años.
—Con la apertura de China a los arándanos, ¿cuánto esperan crecer en Asia?Al cierre del 2016, el porcentaje de venta a Asia fue de 6%. China es un productor de fruta pero aún le falta [oferta] para cubrir todas su estaciones. Para nosotros, es un mercado importante y vamos a abrir este año una oficina comercial, tal como lo hicimos en EE.UU. y Europa. Shanghái es hoy nuestra primera elección para colocar esta oficina.
—¿Qué interés tienen en ingresar a más mercados? Queremos conquistar el mundo. China y Asia ya son nuestro foco, tenemos un plan concreto. También miramos el sudeste asiático. El tema es ver por dónde llegamos mejor y directamente.
—¿Cuál es su visión de la compañía para los próximos cinco años?Creo que podemos más que duplicar el tamaño de la empresa, así como las ventas, utilidades y crear 7.000 puestos de trabajo adicionales. Vamos a buscar esto.
—¿Cómo lo harán?Hay varios frentes. Primero, tenemos espacios para crecer en los productos en los que ya estamos presentes. Hay potencial en langostinos y vemos futuro en cítricos. Empezaremos a salir de las zonas en las que actualmente producimos y nos acercaremos a Lima y el sur para tener una ventana mayor. Segundo, iremos cambiando nuestros productos a tendencias con mayor margen como la orgánica. Por ejemplo, ya tenemos certificadas 23 hectáreas de blueberries orgánicos y continuaremos este proceso.
—¿Por qué mirar ahora este tendencia?El mercado mundial consume alimentos sanos, sostenibles y responsables tanto socialmente como ambientalmente. Pero hay un segmento de consumidores que demanda y pide a gritos productos orgánicos. Hasta ahora no le habíamos dado prioridad pes escalar ello es muy complicado. Pero estamos en la capacidad de empezar. Poco a poco veremos si la iremos incorporando al resto de cultivos.
—¿Cuántos recursos necesitarán para lograr esta meta?Seguramente alrededor de poco más de US$300 millones.
—Pero ya tienen una deuda adquirida al 2021. ¿Cómo van a manejar esto?Ha ido creciendo el nivel de rentabilidad de la compañía. Debíamos US$200 millones y ya hemos pagado US$50 millones. Nuestro ratio de endeudamiento ha disminuido. El año pasado hubo mucho ruido por este tema. Hay que precisar que el porcentaje de tierras operativas y de sembríos nuevos ha variado. Ahora tenemos más cultivos maduros para generar Ebitda.
— Entonces, ¿Cómo se van a financiar?En la medida que las empresas crecen, las opciones de financiamiento también. Tenemos que ir balanceando las necesidades de fondos de corto, mediano y largo plazo. Tenemos el 'track récord', así como un gobierno corporativa y propuesta de responsabilidad social y ambiental. Creemos que el financiamiento va a venir.
PROYECTO CHAVIMOCHIC
— Camposol tiene tierras en Chavimochic I y II. ¿Cuál es su posición respecto a los problemas que afronta Chavimochic III?Creo que hay que separar la forma del fondo. El proyecto Chavimochic III es uno de los que traerá muchos beneficios al país, la agroindustria y a la zona. Obviamente se debe hacer bien, de forma transparente.
— Pese a la actual coyuntura, ¿estudian ingresar a este proyecto?Sí, claro. Como todos. Nosotros miramos todas las oportunidades de expansión que hay. En algunas decidimos participar, en otras no, pero siempre evaluamos. Tenemos el emprendedurismo dentro.