El año pasado hubo varias noticias lamentables relacionadas con fondos de inversión, principalmente de ‘factoring’, que defraudaron a los inversionistas. Ofrecían elevadas rentabilidades y predictibilidad en los flujos; sin embargo, tuvieron problemas para cumplir con sus compromisos debido a desvíos de fondos, incumplimiento de las empresas deudoras y financiamiento de facturas falsas por falta de sistemas adecuados de verificación, entre otros.
Los fondos de inversión no tradicionales suelen generar beneficios a los portafolios de los inversionistas al ofrecer retornos atractivos y diversificación. En particular, los fondos de ‘factoring’ han presentado retornos entre 8% y 12% en los últimos años. Sin embargo, es esencial mitigar los riesgos y considerar:
- Asegurarse de que el fondo esté registrado y supervisado por la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV)
- Diversificar las empresas emisoras y pagadoras, así como los sectores económicos, evitando sectores de alto riesgo.
- Implementar estrategias de mitigación como ratios de cobertura holgados (facturas/financiamiento), seguros de crédito, procesos de evaluación del riesgo crediticio y contar con un equipo de riesgos y cumplimiento sólido.
- Verificar la experiencia de la administradora del fondo: trayectoria, historial de rendimiento, reputación y certificaciones reconocidas de los gestores, como el Chartered Financial Analyst (CFA), entre otras.
- Ser cauteloso con retornos elevados y/o “garantizados” que superen el promedio del mercado sin explicaciones claras del modelo de negocio y los riesgos asociados. Promesas irreales de rendimiento suelen ser una alerta o incluso una señal de fraude.
- Diversificar tanto el fondo de inversión como la gestora. Es lamentable saber de personas que invirtieron todos sus ahorros en un solo fondo que terminó siendo un fraude.
Finalmente, preste atención a factores más sutiles como retrasos en la entrega de información sobre el estado del fondo o cuando la información no es clara.
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