Implementar políticas adecuadas y coordinadas de manera multisectorial permitirá al Perú maximizar el impacto positivo de la migración venezolana, de acuerdo con un informe publicado por el Banco Mundial. De hecho, el impacto de la migración de la población de Venezuela –que sumó 871.000 personas a agosto del 2019– lograría un ingreso fiscal potencial neto de 0,23% del PBI en promedio entre el 2019 y el 2025, proyectó el organismo.
¿A qué se debe? Paula Rossiasco, especialista senior en Desarrollo Social del Banco Mundial (BM) y autora principal de la investigación, explicó a El Comercio que la ganancia que se podría generar por la contribución a los impuestos de esta población es superior a los gastos derivados de los costos fiscales para su acceso a servicios básicos [ver infografía].
Este resultado se explica por el potencial de la mano de obra calificada de los venezolanos que residen en nuestro país: mientras que el 67% de la población venezolana en edad de trabajar que se encuentra en el Perú cuenta con educación superior completa, solo el 22% de la población peruana en edad de trabajar la posee.
De otro lado, un migrante venezolano gana hasta un 37% menos por hora de trabajo que un peruano desempeñando funciones similares. El BM estima que este grupo le podría sumar 0,26 puntos porcentuales (p.p.) al PBI en el 2021 si se facilita su integración laboral y social; aunque el PBI per cápita se contraería en 0,12 p.p., ante un aumento de la masa salarial concentrado en sectores de poca productividad.
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“En el corto plazo se da este impacto de un aumento [del empleo] en la informalidad y un impacto de desplazamiento de fuerza laboral; pero si se toman las medidas adecuadas, se puede generar un crecimiento económico importante para el Perú”, destacó.
LO QUE HACE FALTA
Para el economista Alfonso de la Torre, desde el Gobierno no se han generado políticas públicas que absorban a la fuerza laboral venezolana, sobre todo de aquellos con un perfil técnico o científico. En esa línea, Diego Macera, gerente general del IPE, resaltó la existencia de barreras de entrada tanto del sector público como el privado para estos migrantes.
Es en este contexto que el estudio del BM ofrece recomendaciones agrupadas en cuatro pilares. El primero sugiere adaptar el marco institucional y legal del Perú ante la migración venezolana: en lo institucional, ello implica coordinación para determinar qué se requiere en cada sector; en lo legal, se sugiere regular la situación laboral de los migrantes venezolanos en el país para acceder a trabajos acordes a su potencial.
En el segundo pilar se recomienda elevar la capacidad de respuesta de las principales zonas receptoras de migración venezolana.
El tercer pilar implica resolver los problemas de documentación de los migrantes –que les impide trabajar en puestos para los que califican–, y apoyar intervenciones que modifiquen percepciones y comportamientos que afectan su integración social y cultural.
Finalmente, el cuarto pilar apunta a propiciar un diálogo de política local, nacional y regional.
EL 96% DE MIGRANTES SE CONCENTRA EN OCHO REGIONES
Un aspecto importante que impacta el ámbito socioeconómico, y que debe considerarse ante cualquier política pública que se planifique para la migración venezolana, es la alta concentración que presenta esta población en ciertas regiones del Perú; explicó Paula Rossiasco, del Banco Mundial (BM). Según el informe del organismo, que tomó datos oficiales reportados a inicios de este año, el 96% de los migrantes de Venezuela se concentran en ocho regiones; resaltando Lima y El Callao, donde está un 84% del total.
Asimismo, la experta agregó que más del 46% de la población venezolana se encuentra concentrada en los distritos de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Los Olivos, Santa Anita y Ate.
A Lima y El Callao le siguen La Libertad (3,9%), Arequipa (3%), Ica (1,6%), Piura (1,4%), Áncash (1,3%) y Lambayeque (1,2%).
Rossiasco explicó que la distribución de los migrantes venezolanos se asocia directamente con las oportunidades económicas que se presentan en cada espacio: según el estudio, las regiones receptoras contribuyen, en su conjunto, al 73% del PBI peruano; y solo Lima contribuye al 43% del PBI del país. Además, es en estas regiones en donde hay mayor acceso a distintos servicios, como los de telefonía, Internet y televisión con cable.
“Esta concentración geográfica implica que, por ejemplo, la demanda por servicios no se distribuya necesariamente donde hay oferta, sino que se desborde en ciertos lugares geográficos”, puntualizó la especialista.