RAÚL MENDOZA CÁNEPA
Han transcurrido cinco años desde que, un 12 de marzo (2009), la poeta Blanca Varela nos dejó, obsequiandonos su poesía imperecedera, fresca y diáfana a la vez, como el mar del escondido puerto que siempre admiró.
“Ese puerto existe” fue, en efecto, uno de sus libros más recordados y aquel con el que dio sus primeras luces. Lo publicó animada por Octavio Paz e inspirada en aquel mágico puerto del norte de Lima (Puerto Supe). Corría 1959.
Mientras Varela trataba de convencer a Paz sobre el título “Puerto Supe”, el gran escritor mexicano intentaba disuadirla. Ante la persistencia de aquel, la poeta habrá de decir: “Pero, Octavio, ese puerto existe”. El mexicano concluyó: “Allí tienes el título para el libro”.
La gran poeta habría de brillar en las letras, trascendiendo al Perú y logrando reconocimientos importantes: Octavio Paz, de poesía y ensayo (2001), III Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca Ciudad de Granada (2006) y el Premio Reina Sofía de poesía iberoamericana (2007).
Su poesía pervive y pervivirá como el mar.
“Está mi infancia en esta costa, bajo el cielo tan alto, cielo como ninguno, cielo,sombra veloz, nubes de espanto,oscuro torbellino de alas,azules casas en el horizonte.
Junto a la gran morada sin ventanas,junto a las vacas ciegas,junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.
¡Oh, mar de todos los días, mar montaña,boca lluviosa de la costa fría!“
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