ENRIQUE SÁNCHEZ HERNANI
El Dominical
José Antonio Bravo es una narrador de fuste, cuyo libro más leído es “Barro de broncas” (1971), con el que obtuvo en 1973 el Premio Nacional de Novela. Otras novelas suyas con buena figuración han sido “Un hotel para el otoño” (1977) y “A la hora del tiempo” (Barcelona, 1978). Bravo había publicado su último trabajo destacado en 1996: “La quimera y el éxtasis” (Lima, 1996) que alcanzó a ser finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. Después publicó ensayo y un relato extenso.
Esta nueva entrega saca a la luz un libro que el autor concluyó hace veinticinco años y que camina entre el estilo intimista y los guiños a la literatura erótica. Con mano diestra y habituada a desenvolverse en el lenguaje popular, en “Percanta” (Editorial San Marcos), que el autor ha subtitulado como “Memorias de un mirón de azoteas”, trae a la novela las aventuras de un joven voyeur que desde su reprimida ocupación de mirar furtivamente trata de dar el paso siguiente.
La novela se desarrolla en un universo amplio, con múltiples circunstancias y elude el trámite fácil de hacer una historia lineal, pues también podemos aproximarnos en sus páginas a una sólida conformación de sus protagonistas y la muestra de su mundo interior.
Bravo, con esta novela, demuestra que tiene fuego para rato.