A una semana y media de las elecciones al Parlamento, el Partido Morado sufrió una sensible baja: Daniel Mora renunció a su candidatura y a su militancia en la agrupación, después de que se hiciera pública una denuncia que su esposa le interpuso por violencia familiar el 20 de marzo del año pasado.
Mora, quien fue secretario nacional de organización del partido de Julio Guzmán, afirmó, por medio de un comunicado, que su dimisión fue para evitar perjudicar al colectivo “en un momento crucial del proceso electoral”. No obstante, desde la dirigencia morada han señalado que le exigieron dar un paso al costado.
El analista político Arturo Maldonado afirmó que la situación de Mora sí puede afectar las perspectivas del Partido Morado, sobre todo en los electores “cercanos a las posiciones liberales”.
“Los partidos se adueñan de ciertos temas de campaña. El Partido Morado había hecho énfasis en las luchas de las mujeres. Entonces, esto afectará sus perspectivas, sobre todo en los electores cercanos a las posiciones liberales”, manifestó con comunicación con El Comercio.
Maldonado, no obstante, opinó que la separación del exparlamentario sí paliaría el golpe político. “El daño ya está hecho. Ese pilar donde se apoyaba la credibilidad del partido está dañado. Pero la reacción ha sido rápida y contundente. Sirve para que el daño no sea tan grande”, subrayó.
Una posición similar tuvo el analista político Luis Benavente, en el sentido, de que el Partido Morado ha tenido “una reacción bastante rápida” para desmarcarse de Mora. “En la medida de que dejen claro [este punto] y le den fuerza comunicativa, no tendría por qué afectarle”, remarcó en diálogo con este Diario.
Sin embargo, Benavente sí consideró que el silencio de Julio Guzmán, líder del Partido Morado, sobre la situación del exministro de Defensa constituye un error.
“Es una falla que están teniendo, [todavía] está a tiempo, tiene el día de hoy para pronunciarse, hay presión y una demanda para que lo haga”, dijo.
Benavente advirtió que si Guzmán, quien ha tenido un rol activo en este último tramo de la campaña, no se pronuncia, este gesto puede ser “interpretado como un silencio cómplice”.
Un golpe a las estructuras del partido
El analista político Juan Paredes Castro indicó que la denuncia de violencia familiar contra Daniel Mora no solo ha sido una “bomba de tiempo” para el Partido Morado, sino que también representa “un golpe duro” a sus estructuras, debido a que el exparlamentario no era un militante cualquiera, sino el secretario nacional de organización.
Castro refirió que en las redes sociales se ha comenzado a ironizar sobre el nombre de la agrupación de Guzmán.
“El Partido Morado, con [la incorporación] de Gino Costa, el joven político [Alberto] De Belaunde y otros, quería darle un matiz de democracia, de derechos humanos, un contenido [a su propuesta], pero ha terminado cayendo en una corriente de descalificación [de los adversarios] para crecer”, sostuvo.
También cuestionó que Julio Guzmán, como líder del Partido Morado, no haya dicho públicamente una sola palabra sobre la denuncia contra Mora.
“Este es un hecho que los afectará, ha sido una bomba [que ha detonado] en su núcleo, se trata de un hecho condenable e inaceptable de violencia contra la mujer, Mora no es un militante cualquiera, es un dirigente importante del partido y, además, gran predicador del comportamiento político correcto en los últimos tiempo. Mora ha descalificado a muchos y su partido también, ahora ellos pasan a ser los descalificados [...] Con el respeto que me merece como general, ex ministro y ex congresista, me sorprende su actitud intolerante y agresiva”, acotó.