Mauricio Mulder, candidato del Apra al Congreso, consideró que la prohibición de la reelección parlamentaria debe ser dejada sin efecto.
— ¿Por qué postula a un Congreso que tendrá un año y medio de mandato?
En una situación en la que no hay equilibrio de poderes y en la que el presidente quiere imponer su punto de vista y donde se ha judicializado toda la política, evidentemente este Congreso va a ser medular para lo que vaya a ocurrir en el 2021. Y como hay toda una tentación de los sectores marxistas, leninistas, de querer copiar en nuestro país lo que está pasando en Chile, Bolivia y Ecuador, no habrá 2021 si en el 2020 se hace lo que ellos están pensando. Y contra eso, nosotros vamos a surgir.
— En las dos últimas elecciones al Parlamento, las del 2011 y 2016, el Partido Aprista solo obtuvo cuatro y cinco congresistas, respectivamente. ¿Confía en superar la valla electoral?
Sin duda alguna, la del 2011, fue una situación sui generis, nosotros estábamos bien posicionados en las encuestas, pero una bronca inútil, absurda y ridícula entre Jorge del Castillo y Mercedes Araoz hizo que ella renunciara a la candidatura presidencial y fuimos sin candidato a la presidencia. La del 2016 ya fue después de cinco años de cargamontón contra Alan García, que llevaron a que el partido no pudiera hacer reflotar su candidatura. La verdad es que ahora que no habrá candidatos presidenciales los partidos vamos a estar parejos, la gente va a buscar el símbolo y el número. En esa circunstancia, el peso de nuestra organización política se va a hacer sentir.
— ¿Cree que los partidos que no superen la valla en el 2020 deben perder su inscripción?
Lo que creo es que siendo un Congreso de transición debe elegirse sin necesidad de que haya una valla.
— ¿Pero eso no generaría que el próximo Congreso sea uno fragmentado?
Sí, pero ya pasó antes. Por ejemplo, recuerdo que cuando Carlos Bruce sacó él solo 400.000 votos y por arrastre salió una más, fueron dos los de Perú Posible en el 2006. Eso no llevó a que el Congreso pareciese demasiado fragmentando. Más bien, lo que sí está fragmentando el Congreso es que haya 25 partidos postulando [son 22 agrupaciones]. Sin duda alguna no habrá una mayoría tan establecida como la que tuvo el último Parlamento, habrá pequeñas minorías.
— Usted menciona que hay muchos partidos políticos postulando al Parlamento, pero para que no se repita ese escenario en el 2021, ¿no debe aplicarse ahora la valla como filtro?
Pienso que este Congreso debe reglamentarlo de manera clara para que se aplique en el 2021 […]. Sí, es verdad que necesitamos que haya menos partidos políticos, no creo que sea suficiente el tema de la valla, creo que hay que hacer otro tipo de alcances. Por ejemplo, el número de militantes, lo que se ha establecido en la ley que entraría en vigencia es que para que un partido pueda presentarse necesita acreditar 24.000 militantes, pero militantes, no adherentes. Es decir, personas que ejerzan el trabajo político dentro de su organización. Si con esa valla disminuye el número de partidos, entonces creo que estaría bien continuarla como se ha establecido.
— En agosto, usted reconoció a este Diario que el Partido Aprista estaba en una situación difícil. ¿Continúan en ese escenario?
Pero saliendo, porque en agosto estábamos convocando al congreso del partido. Nosotros habíamos tenido un congreso en el 2017, pero un grupo de compañeros intolerantes fue al jurado y ahí logró que se anulara la inscripción y, entonces, el partido entró en una etapa en la que teníamos bastante crisis. Logramos recuperar esa situación con el congreso que se realizó el 25 de octubre. Evidentemente, tras este nuevo congreso, en el que ya hay nuevas autoridades y encima tenemos candidaturas al Parlamento de nuestros cuadros políticos más jóvenes, estamos empezando la recuperación de la situación crítica en la que estuvimos.
— Usted refirió que el gobierno de Fujimori fue una dictadura. ¿Por qué entonces el Partido Aprista ha sido aliado de Fuerza Popular en el Congreso?
La dictadura de Fujimori fue consecuencia de un golpe de Estado y gobernó hasta el 2000. Que fue una dictadura, eso es innegable, y que el partido fujimorista no haya hecho un mea culpa de esa situación también es una realidad. Otra cosa es que, de acuerdo a las circunstancias, tú tengas una colocación política en la que al partido fujimorista como al nuestro le disparaban los mismos enemigos o rivales, eso puede llevar a que políticamente haya un entendimiento por un tema...
— ¿Una alianza por necesidad?
No era una alianza para comenzar, ha sido simplemente como consecuencia de la inercia del ataque que recibimos de parte del gobierno.
— Usted ha indicado que uno de los objetivos del Partido Aprista, si ingresa al nuevo Congreso, será la vacancia del presidente Martín Vizcarra. ¿Esto no es insistir con la confrontación a un año de una elección general?
Ese prurito de decir que el país no debe confrontar porque eso le hace mal al país, eso en realidad es una suerte de espantapájaros que ponen los que sí confrontaron y, además, disolvieron el Congreso y se han apoderado del poder para que se queden, cuando lo que hay que hacer es reequilibrar constitucionalmente el Perú. En este momento no hay estado de derecho en el país, en este momento se hace lo que el señor Vizcarra dice. Entonces, es clarísimo que el tema no está en que confrontemos o no, el tema está en que la democracia debe funcionar equilibradamente. Es evidente que él [Vizcarra] ha cometido un golpe de Estado y cuando se plantea una propuesta como esa pueda ocurrir como pasó en el Congreso anterior: que la mayoría estuvo en contra [de la vacancia], el fujimorismo comenzando. Tú dices que hubo una alianza, pero cuando presenté el tema de la vacancia antes de que hiciera el golpe de Estado, el fujimorismo, por no confrontar, dijo que “no”. Ahora más bien están diciendo “lo hubiéramos hecho porque después hizo un golpe de Estado”.
— El miércoles comenzó la vista de causa del recurso que Pedro Olaechea presentó contra la disolución del Congreso. ¿El Partido Aprista respetará la decisión del Tribunal Constitucional, así no le sea favorable a la oposición?
Bien difícil responder esa pregunta dado el hecho de que el Tribunal Constitucional también ha demostrado estar supeditado a los intereses del gobierno.
— Recientemente, el TC declaró fundado un hábeas corpus que permitió la excarcelación de Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, partido opositor al gobierno…
Sí, es verdad, pero mira tú cómo están haciendo todo lo posible para tirarse abajo [el fallo] ellos mismos, te vaticino que lo van a lograr, porque ya ellos en una anterior oportunidad se han dado el lujo de modificar sentencias. Y siendo que efectivamente el voto de Ramos parece incongruente, en relación al voto de Sardón, Ferrero y Blume, es evidente que hay carne para que ellos vuelvan a meterse en el tema. Seguramente, van a revertir esta situación lo más rápido posible. No creo mucho en el Tribunal Constitucional, porque, además, se ha arrogado la facultad de no jurar a una persona que fue elegida legítimamente [como magistrado] como el señor Ortiz de Zeballos.
[Nota de Redacción: El Tribunal Constitucional declaró improcedente el pedido de aclaración formulado por el procurador del Poder Judicial, Marco Palomino, sobre la resolución del citado colegiado que determinó la excarcelación de Fujimori Higuchi].
— ¿Las “loncheras” con dinero que, según Luis Nava, Jorge Barata le entregó a Alan García no le pasarán factura al Apra en esta elección?
No lo creo, porque la verdad es que son tan desproporcionas esas declaraciones que no conozco a alguien que realmente se las haya creído. Además, el señor Barata nunca mencionó eso, al contrario cuando le preguntaron si entregó dinero a Alan García, dijo que no. ¿O Barata mintió, con lo cual tendría que irse preso, o el que mintió fue el señor Nava? No hay medias tintas en esto.
— ¿Está a favor o en contra de cambiar el sistema de elección de magistrados del TC?
Creo que deberíamos combinar el esquema. Hacer un concurso y comprometernos a que en el momento de la votación [en el pleno del Congreso] se respete el resultado del concurso. Sin embargo, creo que también hay que poner requisitos que no son tradicionales, no solo debe saber si la persona tiene capacidad académica, sino trayectoria democrática. Es evidente que necesitamos mejorar un poco la fórmula, porque en todos los casos siempre el Congreso ha estado demorándose en la elección.
— ¿El Congreso que se elegido en el 2020 debe dejar sin efecto la no reelección, que fue aprobada en el referéndum?
Sí, yo creo que debemos hacer una reforma integral, debemos ir hacia una bicameralidad y ahí deberíamos estudiar este tema.
— En el 2011, Keiko Fujimori recibió aportes de Credicorp y del dueño del Grupo Gloria. ¿El Apra también recibió donaciones de grupos económicos?
No, nunca.
— El presidente de Credicorp dijo que tenía miedo de que Ollanta Humala instalara el chavismo en el 2011, pero en esa elección el nacionalista ya tenía el polo blanco. Más bien, fue en el 2006, cuando enfrentó a Alan García, que estuvo con el polo rojo. ¿No hubo aportes de la banca en el 2006?
En absoluto, no hubo ninguno. Además, me baso en el escrito del propio Alan García en “Metamemorias”, donde dice que no hubo ningún tipo de aporte de esa índole. La ventaja que nosotros tenemos como partido grande es que nos hemos autofinanciado, el enorme número de militantes que tenemos nos permite generar la economía que nos permite auto sostenernos. Y en campañas, como la actual, cada candidato baila con su pañuelo. No hay dinero que entre por fuera. Ahora ese tema del polo blanco o rojo, habría que ser medio lorna para creer que el polo blanco de Humala no era en realidad rojo, era una estrategia.
— Pero Humala no cambió el modelo económico cuando fue presidente.
Eso ya fue después, en la campaña electoral el discurso de Humala era exactamente igual al de la campaña anterior. Y en la campaña del 2006 quien sí recibió fondos en función de ese criterio era la que estaba favorita para la segunda vuelta, que era Lourdes Flores. Alan García estuvo en toda la campaña electoral con 12%, empezó a subir y pasó a la segunda vuelta por menos de 15.000 votos, fue una arremetida en las dos últimas semanas [antes de la primera vuelta]. La que recibió todo el apoyo del sector empresarial en el 2006 fue Lourdes Flores.
— El abogado Mijael Garrido Lecca afirmó que era capitán del Ejército, que comandaba un pelotón de fuerzas especiales destinado a realizar acciones de inteligencia en contra de los remanentes de Sendero Luminoso en el Vraem. Todo esto fue negado por el Ministerio de Defensa. ¿Este tipo de comportamientos afecta al Apra?
No, no creo, la verdad que me parece, diría casi jocoso, que el Ministerio de Defensa se ocupe de desmentir a un precandidato, un muchacho joven en temas que en realidad son detalles, en todo caso él ha emitido su declaración, ya son temas que él aclarará. Con eso lo único que han hecho es ponerlo en la picota de la política y le han dado mayor contenido de popularidad.
— El portal Somos Periodismo ha publicado un ‘fact checking’ en el cual demuestran que Garrido Lecca no dijo la verdad no en una situación, sino en siete. Mintió sobre la cobertura que realizó en Siria, sobre los libros que dijo iba a presentar, respecto a una asesoría a Mercedes Araoz, sobre su salida de Canal N y “Perú21”, entre otros. ¿Una persona que miente con tal facilidad debe ser candidato del Partido Aprista? ¿Evaluarán su permanencia?
Tendrían que demostrar esas cosas, ¿y eso cuenta con la versión de él?
— Garrido Lecca afirmó que cubrió la guerra en Siria, pero la reportera que fue con él dijo que no pasaron del aeropuerto.
Bueno habría que contar con la versión de él.
— ¿Le va a pedir que le dé explicaciones?
Si las tiene, sí, se las escucharemos.
— Usted fue muy crítico con el expresidente Alejandro Toledo, a quien calificó de mitómano profesional. ¿No cree que Garrido Lecca tiene un problema similar?
Bueno, tú me estás dando información de tercera que yo por primera vez escucho, yo no puedo emitir una opinión sobre ese [tema], y encima me dices que en la crónica no está la versión de él, hay que esperar que dé su versión.
— Se sometió a verificación expresiones que él mismo ha dado.
Igual, creo que es importante que la persona, por temas de carácter personal, las explique, para eso no estamos los demás. Cada uno ve sus propias circunstancias.
El futuro del Apra sin Alan García
— En el libro “Metamemorias”, García cuenta que le pidió a usted postular a la presidencia en el 2016, pero que declinó. ¿Se ve como candidato presidencial en el 2021?
No. No soy un político que busca puestos ejecutivos, soy un político que hago debate político, por lo tanto siento que estoy contribuyendo al país en mi trabajo, que es el Parlamento, que es el debate político, no es la búsqueda de cargos ministeriales, administrativos. Esto permite a un parlamentario tener mayor libertad a la hora del debate. No estoy buscando ningún puesto de carácter ejecutivo, que son los que dan el poder, los que te dan carros.
— ¿Puede decir en este momento que no será candidato a la presidencia en el 2021?
Sí, lo puedo decir, pero es evidente que mi partido en el 2021 va a tener que buscar un candidato que tenga capacidad y las condiciones y, probablemente, yo sea presionado alrededor de este tema, todo dependerá del año 2020.
— Desde el 2000, el Partido Aprista ha participado en cinco elecciones, solo en las dos en las que García pasó a segunda vuelta superaron los 25 congresistas. ¿Cuánto les resta su ausencia?
Espero que no mucha. Es evidente que el liderazgo de Alan García arrastraba bastante, como sucede en todas partes del mundo. La política es sin duda partidos sólidos y grandes, pero sin líderes estos partidos no tienen cómo fructificar. Creo que de todas maneras vamos a tener una recuperación, porque ya hubo una especie de desquite político con él en las elecciones del 2016. Ahora ya está yendo el Apra institucionalmente sola.
— En el 2015, en una entrevista con El Comercio, Alan García Nores dijo que se había inscrito en el Partido Aprista, pero que no participaría en política por ahora. ¿Ha podido conversar con él, tras la muerte de su padre?
No, ciertamente no, por lo menos de estos temas no. Los hijos [de Alan García] son todos comprometidos con la causa del partido, pero para hacer política también es un tema de vocación, ganas, buscar oportunidades y eso cada uno lo decide por su cuenta.
— Usted le dijo a Fernando Vivas que vio a Alan García, antes de que fuera a la Embajada de Uruguay en Lima, con una pistola en la mano. ¿No fue un error de su entorno no buscar ayuda?
¿Qué tipo de ayuda? La ayuda la buscamos y la encontramos, fue el caso de la Embajada de Uruguay.
— Más allá de la ayuda política, una ayuda, el tener un arma en la mano infería que el expresidente tenía una decisión tomada.
Ah, bueno, ese tipo de ayuda se da cuando hay depresión. Alan García no estaba deprimido ni nada de eso. Alan es un político y él como político sabía que estaba sometido a contingencias, que también se dan en este caso, como ha sucedido mucho en la historia política de la humanidad. Pero él era una persona que se daba cuenta que la politización de la vida judicial lo iba a poner a él como trofeo con el cual algunos querían posar. Él tenía determinaciones, claro yo le dije “por favor deja eso [la pistola]”, pero él tenía su determinación. Quizá de parte nuestra pensamos que no lo iba a hacer o que no se iba a dar ninguna circunstancia en la que tuviera que hacerlo. Desafortunadamente, ocurrió esa circunstancia, una intervención que cuando haya democracia se investigará.
— ¿Cuál es el futuro del Partido Aprista sin García?
Bueno, el futuro que nos labramos nosotros mismo cuando Haya de la Torre desapareció físicamente y todo el mundo decía que “ahora el Apra sí se viene abajo” y surgió un liderazgo como el de Alan García que hizo un salto generacional. Muerto Haya de Torre, la sucesión iba a caer en personas que tenían mediana edad, entre los 50 y 60 años. Uno de los estaba destacando era Carlos Enrique Melgar. Sin embargo, el partido decidió que fuera Alan García, que tenía 32 años. Entonces, el partido se recuperó, las personas pasan, el Apra queda.