Una visión de país implica la idea de un país viable. Podría imaginarme un Perú de gente emprendiendo en una sociedad democrática; pero esto no será posible si no rescatamos al Perú ahora.
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Entonces, la pregunta es: ¿cómo hacer viable al Perú ahora? Pues enfocándonos en dos pilares: economía y salud. Sobre esto debemos tomar decisiones firmes y gerenciales, que es como se debe gobernar.
En lo económico, muchos proponen obras sin decir cómo financiarlas, evadiendo el desempleo instalado en el Perú y confiando que la informalidad sea, de nuevo, un remedio temporal.
Lo que se necesita es un impulso que genere empleo productivo y no dependencia de bonos estatales como anhelan algunos. Esto debe venir del Estado y con gestión privada, generando obras –sobre todo rurales– que mejoren infraestructura, generen empleo y consumo. Estamos convencidos que, tal como antes, el fujimorismo puede hacerlo ahora.
Esto se hará en áreas urbanas, en mercados, viviendas y otros, apoyando a las pequeñas empresas que son las empleadoras en el Perú. Solo así reactivaremos la economía.
Pero esto no podrá hacerse con una salud colapsada; por ello perseguiremos al virus. En este aspecto, hemos propuesto reiteradamente tomar decenas de miles de pruebas moleculares, cuarentenas realmente focalizadas y apoyo alimentario donde se aplique. Nada de esto se ha hecho y por ello enfrentamos otra ola. Sin salud no podemos sacar adelante al Perú.
Solo así podremos iniciar otras reformas necesarias: un nuevo sistema tributario, un sistema previsional con más opciones, un sistema financiero con competencia, y un estado gerencial dinámico.
Esto lo haremos con un gobierno fuerte que no tiene por qué ser enorme. Un gobierno que dé rumbo, que intervenga para corregir y se concentre en lo que debe hacer: estabilidad económica, educación, salud y seguridad. Algo que el Estado hace mal.
No deseo para el Perú un gobierno que haga todo, sino uno que dé dirección para que nosotros, los emprendedores, podamos llevarlo al desarrollo. Eso ya es una gran tarea.