Tanto la encuesta como el simulacro efectuados el viernes 28 muestran una distancia de dos puntos porcentuales entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori (2.2 en votos válidos). Como el tamaño de la muestra en esta medición ha sido de 1500 casos, el margen de error es de + 2.5, por lo tanto, podría afirmarse que ambos contendores se encuentran en un empate estadístico. Sin embargo, tomando en cuenta otros estudios, sería más apropiado decir que están cada vez más cerca.
La reducción de la distancia entre ambos candidatos se viene dando por un estancamiento en el apoyo a Castillo y un lento avance del apoyo a Fujimori. Este avance se ha producido sobre todo el norte del país. La encuesta también permite ver un mayor detalle por edades, incluyendo a los mayores de 65 años, para los cuales se estima una probabilidad de 50% de asistencia porque no están obligados a votar. Lo que revela esta medición es que los mayores de 65 están divididos en partes iguales entre ambos contrincantes.
El mayor contraste entre la imagen de ambos candidatos es que ella representa la experiencia y él simboliza el cambio. En términos más concretos, Fujimori supera a Castillo en la percepción de que con ella habrá mayor inversión y empleo y será más eficaz el proceso de vacunación y la lucha contra el terrorismo. En cambio, Castillo supera a Fujimori en la percepción de que será más eficaz la lucha contra la delincuencia y que con él se reducirá la pobreza. No deja de ser contradictorio este resultado porque la mayoría cree que si Castillo llega al gobierno no solo se reducirá el empleo, sino que subirá el dólar y el precio de los alimentos.
Con respecto al debate técnico, la mayoría de los que lo vieron consideran que lo ganó el equipo de Fujimori. En concordancia con ese resultado, la mayoría piensa que ella tiene mayor capacidad de convocar a un mejor gabinete ministerial. Ganar un debate, sin embargo, no garantiza ganar la elección. El debate presidencial será sin duda muy relevante para los indecisos, pero también lo será la capacidad que muestren los candidatos para reducir la desconfianza que generan en esos electores. De ellos dependerá quien sea elegido presidente de la República el próximo domingo.