En su antebrazo izquierdo Hunter Johansson lleva tatuados dos huevos entrelazados, y en uno está impresa la letra B. Su rostro sonríe cuando nos explica su significado: “Cuando en un hospital nacen gemelos, al primero que nace le ponen A y al segundo B. Scarlett es la primera letra, y yo –que nací tres minutos después– soy la segunda. Ella lleva el mismo tatuaje, pero en el tobillo y con la A”.
De él se sabe muy poco. Que tiene 31 años y es gemelo de la archifamosa Scarlett Johansson y que a los 12 actuó en una película, “Manny & Lo”, que su hermana coprotagonizó. También que fue voluntario después de que el huracán Sandy azotara la costa de Nueva York, en el 2012; que creció en la Gran Manzana y que estudió en Vermont, el límite con Canadá. Más nada, así que su primera visita a Lima nos permite sacarlo de su zona de confort (es perfil bajo) para saber quién es este otro Johansson.
Vestido con pantalón verde oscuro, polo negro y gorra, Hunter pasaría desapercibido por las calles de Barranco. Mide 1,90 metros, habla un poquitito de español (a los 19 años vivió en Costa Rica por seis meses) y no lleva tatuajes que llamen la atención (el de los huevos se lo hizo hace dos años, y el mostacho que muestra en nuestra en la foto para El Comercio, poco después). Es realmente sencillo aunque no tímido. Nos dice “no me gusta sonreír [para la foto]”, pero no pasan más de dos segundos y dispara la carcajada.
EL CHICO DE LA BARRAHunter Johansson llegó la noche del jueves al Hotel B de Barranco, y enrumbó ayer al sur. Vino para dirigir la barra de Coyo Taco, el restaurante de Miami que solo por hoy se instalará en el Boulevard de Asia, en una versión pop up culinaria con su chef Scott Linquist.
-
El equipo de Coyo Taco: Scott, Hunter y Alan. (Foto: Hugo Pérez)
Sí, el hermano de Scarlett Johansson es bartender. Empezó hace dos años, en un bar llamado Freehold, en Williamsburg, el barrio más ‘hipster’ de Brooklyn. No estudió para ello, así que se considera autodidacta. “Mucha gente en esta industria aprende sola, con práctica e investigación y también de sus errores”, dice Hunter, quien ahora trabaja en Wynwood.
“Tenía 6 años la última vez que estuve en Miami, pero cuando llegué a Wynwood y conocí a la gente, a la comunidad, a los chefs, ¡terminé enamorado!”, nos dice, coincidiendo en ello con el chef Scott y Alan Drummond, el dueño de Coyo Taco, que eligió este barrio para montar su local porque le recuerda mucho a Coyoacán, el distrito mexicano que inspiró el nombre del restaurante.
Hunter, en cambio, siente que Wynwood se parece mucho a Brooklyn, y eso le gusta. Este lugar se ha convertido en su hogar y lugar de trabajo, pero también en un espacio para compartir otra de sus pasiones: ayudar. Hunter apoya el trabajo de la ONG Anima-Ars, que Alan fundó en México y cuya ayuda se ha extendido a Miami para apoyar a víctimas de abuso sexual y trata de mujeres.
COCINA LATINA
Coyo Taco tiene un año y medio de creado y ofrece una cocina al estilo ‘street food’ mexicano. “Fast foodie” la llama Scott Linquist, quien deplora el tex-mex y sale al rescate de las raíces de la cocina mexicana para presentársela a quien no la conoce.
De hecho, Scott suma 20 años en cocina, pero su amistad con la gastronomía mexicana viene de mucho antes. Nacido en Los Ángeles, el chef cuenta que creció en una familia de clase media dentro de una comunidad de migrantes, y por ello creció comiendo tacos. “Sí salíamos de paseo cruzábamos la frontera, así que siempre fue México (...) Soy gringo por fuera, pero mexicano por dentro”, dice el también autor de “Mod Mex: Cooking Vibrant Fiesta Flavors at Home”, libro que publicó el 2007.
-
Scott Linquist es chef y socio de Coyo Taco, un restaurante que toma distancia del tex-mex. (Foto: Hugo Pérez)
Con esta amplia experiencia Scott llegó a Coyo Taco, dispuesto a preparar una cocina mexicana honesta, fresca, de calidad, pero nada presuntuosa.
En ese ambiente, la barra de Hunter Johansson entra a tallar, entre mezcales que buscan imponerse en el gusto, aunque este sea un insumo nuevo para él. “Soy muy clásico, me gusta lo ‘old fashion’”, nos dice, reconociendo que el whisky es su preferido.
Pero a Coyo Taco él ha llegado para aprender más. Hoy, en el Boulevard, preparará margaritas con frutas locales y algunos cocteles picantes. También tomará el ‘shaker’ para preparar algunos tragos clásicos “que en Coyo Taco tienen un giro especial”, apunta Alan, quien nos advierte: “Nos gusta la coctelería de buen sabor, más que tenga ese calificativo ‘craft’ o de coctel bonito”. Hay que probar.
CAMBIO DE IMAGEN
El Boulevard de Asia y la agencia neoyorquina Pop Up Mob diseñan una estrategia innovadora para el verano 2017. Como un adelanto de lo que se viene, hoy se realizará en el boulevard un pop up culinario, en el que el restaurante Coyo Taco traslada a Lima todo su concepto.
Alan Drummond –fundador de Coyo Taco junto a Sven Vogtland– explica que, además de cocteles, los asistentes podrán probar los típicos esquites mexicanos, con choclo y guacamole, además de cuatro tipos de tacos: de cochinita pibil, de asado, de pollo al carbón y de hongos. Calculan que prepararán unos 2.000 tortillas, todo con insumos peruanos (siguiendo su filosofía ‘farm-to-table’) y uno que otro chile que inyectará identidad a su cocina.