Es difícil llegar a Sandra Plevisani, sobre todo en esta época del año, cuando anda ajetreada entre tantos eventos y reuniones navideñas que cumple a contrarreloj. De espíritu dulce y avasallador, esta magnífica repostera es la cuarta hija de cinco hermanos y, aunque suene increíble, estudió diseño gráfico y trabajó un par de años para una agencia de publicidad, pero se dejó seducir por los olores y aromas de los postres que cocinaba su hermana Mónica, a quien le debe mucho de lo que sabe.
Como no podía ser de otro modo, la Navidad es para ella especialmente un festín de sabores que inicia desde el 23, cuando cena con la pequeña familia de su esposo Ugo Plevisani. El 24, en cambio, Sandra se muda a casa de su hermana Mónica desde temprano con un abanico de postres bajo el brazo. “Todos hechos con frutas de estación y del bosque como el aguaymanto y el arándano, pues nuestro país es generoso y hay diversas formas de preparar un dulce”. La hermana, por su parte, tiene siempre todo bajo control y la aguarda con la cena lista: “sobre la mesa siempre hay pavo, cerdo, ensaladas, croquetas y galletas”.
Desayuno en pijamasLa travesía gastronómica concluye el 25, cuando almuerza en casa junto a su esposo, sus dos hijas y “tal vez un amigo extranjero que pasa las fiestas solo”. Este año, confiesa con voz segura, no comerá pavo, ni cerdo, sino pato. Pero antes, debe levantarse temprano para cumplir con un compromiso que ya es tradición: llegan las amigas de sus hijas a desayunar, y como la mayoría se acuesta tarde, caen en pijamas. No importa el sueño o la mala noche, “a todas les encantan los waffles y las tostadas francesas que les preparo”, dice Sandra con la emoción de una madre complacida.
Pocos son los que pueden resistirse a todo lo que nace de sus manos. Se ha ganado a pulso todo lo que es y su maestría en la repostería es indudable. Pero no tuvo el camino fácil, pues hubo mucho pan por rebanar. Cuando se casó con Ugo Plevisani y abrió junto a él su primer restaurante en 1987, tuvo que hacer las veces de cocinera y mesera. A su papá no le gustaba que ella trabaje en el restaurante, pero a pesar de eso, sumado a los toques de queda y a la crisis económica de la época, Sandra y su esposo salieron adelante.
La alianza dulceAhora es indudablemente la dama del postre peruano que tiene en su haber infinidad de recetarios, algunos de ellos con premios importantes. Le gusta compartir sus experiencias porque cree que es la única manera de transmitir la verdadera esencia de los dulces, la misma que ella obtuvo cocinando junto a su hermana a precio módico. “Mónica me permitió ver lo que hacía si le pagaba un sol, pues era demasiado cargosa”.
En vista de sus virtudes, la marca Alicorp, a través de sus productos Blanca Flor, Sello de Oro y Negrita, ha decidido hacerla socia estrategia desde diciembre para lograr los mejores resultados en repostería a través de talleres y reuniones con personas interesadas en el mundo del dulce. Estas son sus impresiones:
¿Qué concepto nuevo piensas introducir en esta alianza?Sin duda, buscamos vender experiencias, rescatar esa magnífica idea de los hijos preparando con sus madres la infinidad de postres que existen. Queremos que la gente le pierda el miedo a los dulces y se animen a experimentar diversas formas con nuevos insumos.
¿Qué es lo primero que necesita alguien que quiere iniciarse en la repostería?Sobre todo que disfruten de la experiencia de cocinar, por ejemplo yo cuando estoy de mal humor prefiero no preparar nada. Para hacer un buen postre se necesita estar feliz y disfrutar de lo que uno hace. Vamos a ofrecerles talleres y otras actividades que les permitan conocer, a través de experiencias inolvidables, muchas recetas innovadoras.
El lunes pasado tuvieron un desayuno navideño, ¿qué tal esa experiencia?Muy bonita e interesante. Nos reunimos en el local de mi restaurante Paseo Colón en San Isidro con algunos representantes de la marca, un grupo de amigas y personas interesadas en la repostería. Elaboramos una dulce casita navideña que al final se sorteó entre los asistentes. Probamos un chocolate caliente con marshmallows, butifarras con jamón del país hecho por nosotros y varias galletitas preparadas con la harina Blanca Flor que al final se las pudieron llevar a casa junto a un bonito presente.
La recetaSandra Plevisani comparte una sencilla y exquisita opción para tu desayuno navideño en pijama.
Niditos de mermelada (50 unidades)
Ingredientes
½ taza de maicena
1½ taza de harina sin preparar
8 cucharadas de azúcar en polvo
200 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1½ cucharaditas de esencia de vainilla
400 gramos de mermelada del sabor que prefieras
Azúcar en polvo para decorar.
Preparación
Amasa todos los ingredientes, menos la mermelada y el azúcar en polvo. Refrigera la masa por lo menos 1 hora. Retira la masa de la refrigeradora y estírala sobre una superficie enharinada. Córtala en círculos con un cortador de galletas. A la mitad hazles un hueco con un cortador más pequeños y retira la masa del centro. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Pon los discos y los anillos en una lata enmantequillada y enharinada y hornéalos hasta que estén doraditos. Deja enfriar. Espolvorea los anillos de galleta con azúcar en polvo. Extiende la mermelada sobre los discos de galleta y cubre con un anillo espolvoreado de azúcar. Los niditos de mermelada se conservan bien en envases.
Mira otras recetas navideñas de Menú Perú aquí.
EDWARD ABARCA ALFARO (@Edwardabarca)