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A 29 ºC y con un cielo azul intenso cubriéndola, la ciudad de Milán vive su mejor temporada. Miles de turistas abarrotan la célebre Piazza Duomo, visitan el Palazzo Reale y atraviesan la Galleria Vittorio Emanuele II hasta llegar al Teatro alla Scala. A cinco kilómetros de allí, la picantera Mónica Huerta enseña a los milaneses lo que es un jayari arequipeño (bocado picante), porque en las próximas dos horas eso será lo que ellos comerán.
Es 28 de julio y estamos en el restaurante Daniel, del chef Daniel Canzian, ex brazo derecho de Gualtiero Marchesi (padre de la nueva cocina italiana). Aquí, la cocina mistiana celebra al Perú, en una cena encabezada por la dueña de La Nueva Palomino y sus dos mejores cocineros, los hermanos Félix y Nida Mamani Gil.
Ellos llegaron a Milán con 120 kilos de productos, desde guiñapo, huacatay y camarones, además de un batán, una ancana (olla de barro) para tostar el maíz y seisuna (tela burda) para colar la chicha.
Llevaron lo mejor de su biodiversidad y su cultura para presentarlas en un salón que tenía la mitad de los 150 comensales a los que están acostumbrados a atender en su restaurante de Yanahuara. Platos como la ocopa arequipeña al batán y el chupe de quinua con colitas de camarón se intercalaron con un minestrone contemporáneo y el napolitano pulpo a la Luciana, ambos aportes del equipo de cocina anfitrión.
Un brindis final con pisco Inquebrantable, de Pepe Moquillaza, recordó la cata que un día antes hiciera el ya reconocido productor iqueño en el Museo de las Culturas, donde más italianos aprendieron sobre nuestra bebida de bandera, antes de robar el pisco sour y festejar a ese Perú tan cautivante que está presente en una fiesta llamada Expo in Città, donde ni el notorio rebote mediático local ni las palabras de admiración hacia nuestra cultura gastronómica logran silenciar las voces de quienes siguen sin comprender por qué no estamos en la Expo Milán 2015, la fiesta principal.
DOS EXPOS PARA MILÁNExpo in Città es un programa de actividades creado por el municipio de Milán y la Cámara de Comercio, en coordinación con el Bureau International des Expositions (organizadores de la Expo Milán). La idea de crear una agenda de actividades para los seis meses que dura la exposición universal apunta a hacer más atractiva la ciudad donde Leonardo da Vinci vivió por más de 20 años, y proponerle al turista más de 40 mil eventos, programados en cerca de cuatro mil espacios públicos y privados.
Bajo el lema “Peru Feeds Your Soul!”, nuestro país está incluido en 50 actividades a lo largo de cuatro meses, en virtud del contacto hecho por la Oficina Comercial del Perú en Milán con los organizadores de Expo in Città. ¿El costo de esta participación? S/.5.800 millones, según la transferencia de presupuesto que el MEF hizo a PromPerú, vía el D.S. 091-2015-EF publicado una semana antes del inicio de la Expo Milán. Sobre cuánto hubiera costado al Perú participar en esta última, las fuentes consultadas (PromPerú y Expo Milán) no han proporcionado cifras precisas.
Para Filippo del Corno, asesor cultural del municipio de Milán, “la presencia de Perú es importante [en Expo in Città] porque la comunidad peruana aquí es muy grande”. El ejecutivo hace referencia a la colonia peruana que, según voceros de Prom-Perú, en toda Italia suma 100 mil personas, de las cuales solo 30 mil están debidamente registradas en los consulados.
Pero no solo compatriotas nuestros asisten a las actividades que abarrotan Milán. Las cifras proporcionadas por Del Corno dan cuenta de la acogida de Expo in Città: “En mayo han participado 1 millón y medio de personas; en junio subió a un millón 800 mil y en julio se estiman 2 millones”.
No obstante, la Expo Milán es más atractiva para el turista: en mayo y junio se registró un total de 6,1 millones de ingresos, a los que se suman 2,8 millones de entradas en julio. Comparativamente, en tres meses ha llegado a la exposición universal el triple de turistas que visitaron el Perú en el 2014.
PONE EL HOMBRODesde fines de mayo, la presencia del Perú en Milán se ha hecho notar gracias al esfuerzo de un pelotón de peruanos que hicieron un espacio en sus agendas para promocionar nuestro país. Cocineros como Pedro Miguel Schiaffino, Virgilio Martínez, Mitsuharu Tsumura y Mónica Huerta, entre otros, han apoyado esta estrategia de promoción junto a la diseñadora de modas Meche Correa, el crítico gastronómico Ignacio Medina, el pisquero Pepe Moquillaza y el bartender Omar Kuan.
Todos ellos ya estuvieron en Expo in Città, cita a la que próximamente acudirán los chefs Héctor Solís y Luis Arévalo (desde Madrid), además del especialista en café David Torres y los escritores Jerónimo Pimentel, Renato Cisneros y Jeremías Gamboa, quienes darán nuevos aires a una agenda recargada de eventos culinarios.
Y es que además de las cenas en el restaurante Daniel, los cooking shows y catas en el Mudec, también se han activado noches de cebiche y pisco bar en Timé, un restaurante de moda en el barrio de Brera; una exposición con fotografías de Marina García Burgos, Heinz Plenge y Pocho Cáceres, apoyada con unos pocos insumos y artesanías (en un espacio de 450 metros cuadrados); talleres para introducir al público infantil en la cultura y productos peruanos; proyección de documentales gastronómicos y otros eventos al aire libre.
A este trabajo y otras tantas exhibiciones, cooking shows y catas, se suma la presencia de dos cocineros peruanos más: Diego Muñoz, el chef de Astrid & Gastón Casa Moreyra, quien cocinó en la Expo Milán, como parte de unas cenas de alta cocina organizadas por el congreso italiano Identitá Golose; y Gastón
Acurio, quien pasó un día en el Refettorio Ambrosiano (comedor popular en la periferia de Milán) y preparó un menú con los excedentes de alimentos que diariamente son recogidos de la Expo Milán, apoyando la iniciativa de su colega italiano Massimo Bottura. Virgilio Martínez hará lo propio en octubre, sumándose al apoyo que los más importantes chefs del mundo dan a esta obra solidaria.
La presencia de todos ellos ha sido sin duda importante y valorada. Pero sabe a paliativo. Y aunque no es la primera exposición universal a la que el Perú ha dejado de asistir –no fuimos a Hannover 2000 ni Montreal 1967–, el debate sobre esta ausencia en la Expo Milán continuará hasta escuchar una explicación clara y coherente. Porque no basta solo reconocer el error. También hay que saber identificar qué lo provocó, para de lo aprendido saber rectificar.
LA FIESTA QUE NOS PERDIMOS-El pabellón chileno
En una rápida visita al Expo Milán 2015, comprobamos el detalle que precipitó la demanda de peruanos a través de las redes sociales: el pabellón chileno exhibe en su ingreso una barra donde por 5 euros preparan pisco sour con aguardiente de uva chileno (lo tienen en botella y es licuado) y tiene entre su variedad de productos unos paquetes de 150 gramos de quinua tricolor.
-Ausencia peruana
Según voceros de Expo Milán, “Perú optó por un espacio en Expo Milán 2015; sin embargo, en junio del 2014, la solicitud fue retirada antes de firmar el contrato de participación”. “La declinación se debió a la ausencia de recursos que permitían financiar el pabellón peruano”, señala una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores dirigida a Prom-Perú.