Cuando la madre gestante da a luz, produce un líquido de color amarillento llamado calostro. Algunas personas lo llaman “oro líquido” porque contiene grandes cantidades de nutrientes que benefician a la salud del bebé.
Sin embargo, en algunos países, las lactantes descartan el calostro porque no conocen de sus aportes o porque creen que, al ser amarillenta y de textura más densa, lo dejan pasar hasta que tengan la leche materna.
¿Qué es el calostro?
El calostro, denominado como la primera leche que recibe el bebé, es de forma líquida y de color amarillo que producen los pechos de la madre luego de dar a luz.
Algunas madres evitan darle el calostro al bebé y esperan a la leche materna ya que desconocen o no creen que pueda aportar un beneficio para el niño. Sin embargo, el calostro es altamente nutritivo, contiene propiedades anti infecciosas que contribuyen con la formación del niño, tiene menos azúcares y grasas.
¿Qué contiene el calostro?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que el calostro contiene altos niveles de vitamina A, que ayuda con la función visual, ósea y pulmonar.
Además, contiene minerales como el magnesio, que contribuye con el desarrollo del corazón y los huesos; cobre, que ayuda con su sistema inmunitario; zinc, aporta nutrientes para el desarrollo del cerebro.
A diferencia de la leche materna, el calostro contiene cuatro veces más cantidades de zinc.
¿Cuáles son los beneficios de darle calostro al bebé?
El calostro, al tener grandes cantidades de nutrientes, tiene varios beneficios para el bebé. Por ejemplo:
Evita la ictericia:
El calostro puede actuar como laxante en los bebés recién nacidos. De esta manera, el bebé elimina cualquier alimento que haya ingerido en el útero a través de heces oscuras y pegajosas.
Esto a su vez disminuye el riesgo de que el bebé tenga ictericia. Recordemos que el bebé nace con altas cantidades de glóbulos rojos. Para ayudar con la descomposición de estas células, el hígado empieza a crear la bilirrubina, pero, si el bebé lo acumula en la sangre, empieza a producir ictericia.
Sin embargo, con el calostro, el bebé puede expulsar la bilirrubina por las heces.
Combate infecciones
De acuerdo con diversos estudios, el calostro contiene grandes cantidades de glóbulos blancos que producen anticuerpos y ayudan a que el cuerpo del niño reaccione contra las infecciones que pueda presentar. El profesor Peter Hartmann, experto en lactancia de la Universidad de Australia Occidental, explicó que los glóbulos blancos “protegen y combaten patógenos”.
Protege el sistema inmunitario e intestinal
El calostro está compuesto por anticuerpos IgA, que protegen a los niños contra enfermedades ya que genera un revestimiento en el sistema gastrointestinal. Según el profesor Hartmann: “El IgA se concentra en la mucosa que recubre el intestino y el sistema respiratorio del bebé, protegiéndole de las enfermedades que la madre ya ha experimentado”.
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