Si cada adulto es un mundo aparte, cada adolescente es un universo entero por conocer. Ellos, al desconocer el verdadero porqué de muchas de las cosas y sucesos que ocurren a su alrededor, están llenos de preguntas que, de no darle un correcto asesoramiento, contestarán en base a su imaginación e información incompleta que puede desvirtuar cualquier tema. Según explicó el Instituto Europeo De Psicología Positiva en un reciente informe.
En ese contexto entra a tallar la educación positiva, la cual busca que el aprendizaje entre dé a pocos, respetando que cada individuo procesa de distintas maneras la información. De esta manera, se adquieren habilidades de forma libre, sin miedos ni castigos.
Gracias a este tipo de formación, se entendió que cada niño y adolescente tiene su propio momento para de temas mal llamados “tabúes”, como lo es el sexo.
Educación sexual positiva
Si de temas sexuales se trata, se ha comprobado que con la educación positiva se puede abordar el tema dejando atrás las dudas, los miedos y las inseguridades con los siguientes consejos.
Hablar con naturalidad
Al representar el papel de modelos y guías, debemos demostrarle a los niños y adolescentes que pueden acudir a nosotros las veces que sea necesario ante cualquier duda. En esa línea, hacerles comprender que hablar sobre sexo es normal y no hay nada de qué alarmarse o sorprenderse.
Sinceridad ante todo
Para lograr esta confianza, no se debe ocultar información o engañar. Como adultos responsables que somos, se tiene que encontrar la forma de responder a las preguntas de los menores, para que así ellos puedan compartir sus miedos y, quizá, preocupaciones a futuro.
Empatía
La empatía es una habilidad humana valiosa que nos permite entender y sentir lo que la otra persona está experimentando. En cuanto al tema sexual, la empatía puede ser muy beneficiosa. Si reflexionamos y recordamos cuando éramos jóvenes y nos asaltaban dudas sobre temas sexuales, nos daríamos cuenta de lo mucho que hubiéramos valorado tener padres y profesores que estuvieran abiertos y dispuestos a hablar de estos temas sin tabúes.
Apertura mental
Cabe recordar que los adultos y jóvenes de ahora vienen de distintas generaciones, por lo que algunas de sus consultas nos pueden parecer sorprendentes o llamar mucho la atención, pero para los menores no.
Esto debido a que, al crecer con redes sociales y nuevas tecnologías, su acceso a la información es mayúsculo en comparación a décadas pasadas. Ahora descubren y conocen mucho más y mucho antes, por lo que es necesario hablar sobre una sexualidad más amplia.
No juzgar
Es de suma importancia resaltar que no se debe tratar de juzgar, imponer o criticar las dudas o curiosidades de los más jóvenes. Que el diálogo que se entabla entre ambas partes se sienta como un espacio libre, en donde la sexualidad se trata de manera respetuosa y horizontal.
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