Durante el embarazo, la mujer atraviesa una serie de cambios físicos, siendo la piel uno de los órganos más involucrados incluso desde los primeros días. Entre las alteraciones que puede sufrir la gestante está la resequedad de la piel, principalmente en las zonas delicadas como el rostro.
Especialistas señalan que esto se produce debido a que la progesterona posee un efecto vasodilatador, que conlleva a la pérdida de agua en la piel.
De igual manera, el shock hormonal ocasiona la aparición de acné inflamatorio en la zona peribucal (líneas que aparecen desde el inicio de la comisura de los labios hacia abajo), el cuello y en la zona de la mandíbula.
Asimismo, de melasma o máscara del embarazo (manchas oscuras en la piel del rostro), se estima que se da a causa de la estimulación de la producción de melanina.
También pueden oscurecerse otras áreas del cuerpo, como los pezones, las axilas, la parte interior de los muslos, la dermis genital, alrededor del ombligo y la línea que está en medio de la pelvis.
¿Qué debo hacer?
Para tratar estas alteraciones es vital visitar a un dermatólogo y no automedicarse ya que no sabes cómo los ingredientes de algunos productos pueden repercutir en la formación del feto.
Como referencia, expertos aconsejan presentaciones que contengan alfahidroxiácidos, poderoso agente que actúa como restaurador celular, devuelve la textura de la piel y no es agresivo para el pequeño que está por venir. Los betahidroxiácidos, en pequeñas cantidades, también pueden devolver la apariencia de una dermis recuperada.
Por otro lado, evita cualquier tratamiento médico estético debido a que las intervenciones podrían tener compuestos agresivos para el periodo en el que se encuentra la gestante.
¿Y mi cabello?
Las hormonas placentarias del embarazo impactan en el estado del cuero cabelludo, generando mayor secreción de grasa. Si el cabello de la gestante es seco, se tornará más brilloso. De lo contrario, las que tienen el pelo graso lo verán un poco más seboso de lo que ya están acostumbradas.
Los especialistas recomiendan el uso de shampoo naturales y de mascarillas hidratantes. Por otro lado, no se aconseja hacerse alisados permanentes ni teñirse el cabello debido a que poseen componentes tóxicos que podrían poner en riesgo la gestación.
Buenos hábitos
Establecer patrones saludables permitirá que los cambios -tanto en la piel como en el cabello- no sean tan agresivos. Instaurar rutinas de ejercicios adecuados, beber agua constantemente, comer sano y dormir entre 8 a 10 horas diarias ayudarán a hacer la diferencia.
Ojo: cada mujer es un universo diferente, procura antes de tomar alguna decisión estética consultar con un dermatólogo y ginecólogo de cabecera.
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