Poco se habla de lo cruel y solitario que es maternar hoy. Sí, en esta época donde se espera que las mujeres, por el hecho de luchar por la igualdad de derechos, podamos parir, sostener a un bebé, encargarnos de la casa, al poco tiempo regresar al trabajo y “no descuidar a la pareja”. Sí, en pleno 2024, la sociedad aún no es capaz de reconocer lo que implica ser madre. Y mientras lees este artículo, quizá tu formación y pensamiento machista dirá: ¿para qué tuviste un hijo si te vas a quejar? Creo que justamente ahí está uno de los tantos problemas, porque no se trata de que las mamás estamos inconformes con nuestra maternidad: se trata del sistema. Tan solo por poner un ejemplo, la ley indica que “toda trabajadora tiene derecho a gozar de 98 días de descanso”. Sí, usan el verbo “descansar”, cuando todas las que somos madres sabemos que esa palabra deja de existir en nuestra vida durante los primeros años de nuestro bebe.
Tenemos un largo camino para redefinir conceptos, como el hecho de decir “parto natural” al parto vaginal, como si dar a luz por cesárea fuera antinatural o “para flojas”. En ambos casos, tu vida está en riesgo.
Otro tema al que le estoy dando mucha importancia —y por eso escribo estas columnas— es la preparación para el posparto. Nadie nos prepara para esto. El gran consejo que suelen dar es “aprovecha en dormir todo lo que puedas”, pero son muy pocas las personas que te hablan de la salud mental.
Por ello, estoy convencida sobre la necesidad de tener un control de la madre sana. En especial, en nuestro país, donde hay tantas madres que maternan en soledad sin contención de pareja o familiar. Recordemos que, al nacer un bebe, nace también una madre con miles de dudas, preguntas y emociones. Y así como un bebé llora porque no conoce el mundo en el que está, las mamás tampoco reconocemos nuestro entorno y nos toma meses, incluso años, adaptarnos a nuestra nueva piel.
Hace unas semanas conversé con la Dra. Adelita Híjar, especialista en medicina materno-fetal y que dirige la Clínica Mater Fetal Projec, sobre este tema. Aquí les comparto sus reflexiones:
- Tradicionalmente, la sociedad ha silenciado la experiencia materna, en especial en la etapa del posparto. No hay literatura sobre esto y nuestras abuelas o madres no hablaban sobre cómo se sentían. Por ello, cuando mis pacientes vienen a consulta con sus parejas, les digo a ellos que es a la mamá a la que le deben dar toda la atención, porque es ella quien va a dar el 200 %, 1000 % en el trabajo de parto y durante los siguientes meses.
- Uno de los cuidados más importantes en el posparto es entender cómo se va a sentir esa mamá, para saber cómo abordarla. Los cuidados (desde el punto de vista orgánico) los repetimos una y otra vez, y hasta los escribimos en un papel, pero ignoramos la salud mental. Por eso, es importante sentarse al lado de esa madre y conversar sobre lo que siente o simplemente estar a su lado.
- Normalmente, se dan indicaciones “del libro” o las que aprendimos en la universidad, pero, cuando las contrastas con la realidad, es muy chocante porque no es habitual que en el posparto se valore la salud de esta madre.
- Sabemos que la caída brusca de las hormonas luego de la salida de la placenta en el parto (ya sea vaginal o por cesárea) produce un estado de shock, desde el punto de vista de la salud mental, y lo habitual es que la madre se sienta emocionalmente muy abajo. Esto es lo habitual y, si bien no pasa con todas, es un denominador común en las puérperas —pacientes que acaban de dar a luz—. Esto no solo se da en madres primerizas: hay pacientes que con el segundo o tercer hijo viven ese choque emocional.
- Los acompañantes deben entender que el tiempo del puerperio queda totalmente corto. Creo que debería alargarse más o tener un nombre especial, al menos durante el primer año, cuando estás aprendiendo constantemente con este nuevo ser. Por eso, veo tan necesario exponer este tema.
Como dice la doctora Híjar, necesitamos más espacios que hablen de lo difícil que es maternar y que se validen todas las emociones que sentimos, tal como lo hizo hace poco Rihanna. Al preguntarle si después de ser madre de dos hijos se sentía ella otra vez, si sentía que era su mejor versión, su respuesta fue: “Ni siquiera me siento cerca de lo que era. No recuerdo cómo era mi vida sin hijos y ni siquiera sé si eso importa. Estoy tratando de llegar a un lugar donde el equilibrio de mi nueva realidad se sienta bien y normal”.
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