De repente, de un momento a otro comienzas a sentir mareos repentinos, cada vez estás más cansada de lo habitual y sin razón alguna, percibes todo tipo de olores y te asqueas por algunos de ellos. Dudas. ¿Será? No lo confirmas hasta que unas cuantas semanas después de notar la ausencia del periodo menstrual, aquella prueba que compraste en la farmacia marca las famosas dos rayas rojas. Las dudas cada vez se aclaran más, y una vez que pasas por el ginecólogo y te da la noticia, lo tienes. ¡Felicidades, vas a ser mamá!
El mundo se detiene por algunos segundos, las emociones estallan a flor de piel y tu deseo de contárselo a todo el mundo se triplica. “Pero”, siempre hay un “pero” de por medio, el médico agrega que a pesar de la confirmación, hay que tomar el tema con pinzas, sobre todo los primeros meses, ya que suelen ser los más delicados de toda la etapa. La noticia no te entristece, pero sí te obliga a replantear si es prudente o no dar el anhelado anuncio. Este es uno de los motivos por los cuales algunas mujeres prefieren ocultar su embarazo, al menos los primeros meses.
Hubo una pérdida previa
Otra de las razones por las que una futura madre apuesta por no demostrar su embarazo es porque anteriormente ha sufrido alguna pérdida, por lo que incrementa su temor en anunciar algo y que lastimosamente ocurra lo mismo. En estos casos, hay quienes esperan al menos cumplir el primer trimestre y la venia de su médico para poder darlo a conocer.
La privacidad es la opción
Famosas como Scarlett Johansson y Adele, son algunos ejemplos de mujeres que han preferido mantener su gestación de la manera más secreta posible. ¿El motivo? Mantener su vida privada en cuatro paredes y evitar la avalancha abrumadora de comentarios y halagos. A simple vista esto no parece tener nada de malo, no obstante se puede convertir en un tormento si las futura madre padece de algún trastorno, como la ansiedad.
Evitar comentarios incómodos
Ante el anuncio de un embarazo, no faltan los comentarios positivos, pero también -en algunos casos- vienen acompañados de una lista de recomendaciones exagerados y casi impositivos, que ni la mamá ni el papá pidieron. Tales como “uy, ahora vas a engordar”, “¿y lo tenían planeado?” o “Por siacaso estar embarazada no es sinónimo de estar enferma”. Son algunos de las expresiones que a veces es mejor pasar de largo y evitar.
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