Para el año 2050, la mitad de la población mundial sufrirá de miopía, según datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta anomalía se presenta de manera inofensiva, sin embargo, es mucho más peligrosa de lo que puede parecer. A la larga, podría ocasionar lesiones severas en la vista si no es tratada como se debe.
Aparición en niños
Estudios señalan que puede adquirirse por la falta de iluminación natural y las largas jornadas que los niños pasan resolviendo actividades académicas en ambientes poco iluminados. Se estima que la virtualidad y el confinamiento ocasionado por el COVID-19 también se haya convertido en un desencadenante.
La miopía se produce cuando la córnea —conocida como la capa externa del ojo— se curva de forma brusca o cuando la parte globo ocular es mucho más larga de adelante hacia atrás. Mayormente, comienza a manifestarse en la etapa escolar, es decir, entre los 6 y 14 años de edad. Según la American Academy of Pediatrics, los niños cuyos padres padecen de miopía son más propensos a heredar esta condición médica.
Señales de alerta
Un signo de que tu hijo está desarrollando este trastorno es cuando se le dificulta reconocer las cosas que se encuentran lejos de él, y para poder identificarlas y enfocarlas guiñe ligeramente sus ojos. Asimismo, su visión se vuelve borrosa y no logra identificar, por ejemplo, los apuntes de la pizarra en la escuela. También presenta dolores de cabeza con bastante frecuencia y empieza a frotar sus vistas.
Si el pequeño de casa está mostrando estas señales, lo adecuado es que lo lleves con un oftalmólogo para que ordene un examen de miopía. Expertos aconsejan iniciar con los chequeos oftalmológicos desde los 3-4 años de edad, que es cuando obtienen agudeza visual.
Tratamiento y prevención
Cabe mencionar que no existe cura, pero sí un tratamiento que le permite al paciente poder convivir con la condición sin problema. Si ésta es detectada de forma temprana, será aún mucho más eficaz. La primera alternativa es el uso de anteojos, prescritos por el profesional. También es posible emplear lentes de contacto, pero al ser muy delicados y requerir cierta rigurosidad para mantenerlos y usarlos, es mejor evaluar si los pequeños van a poder emplearlos.
La alimentación juega un papel importante, incluye en el menú del menor alimentos que favorezcan su salud visual, ricos en omega 3 (como el pescado) y betacaroteno (lo tienen la zanahoria, la papaya, la betarraga y la naranja). Hacer que tu niño equilibre sus tiempos entre las pantallas y libros y el contacto con el exterior, será una manera de ayudar a prevenir la afección.
A tomar en cuenta
Cuando una persona miope cumple 50 años, y su tratamiento no ha sido el más adecuado, corre el riesgo de padecer glaucoma.
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