Siempre presente. Hace dos años, el padre de Jinna Yang falleció víctima de un cáncer al estómago. La muerte dejó desconsolada a Jinna, quien, para curar la herida, se trazó una meta: recorrer el mundo junto a la imágen de su padre.
Lejos de llevar una simple fotografía, la joven norteamericana con ascendencia surcoreana imprimió una imagen en tamaño real de su padre sobre cartón. De esa forma podría conocer cualquier ciudad y posar junto a él dedicándole ese destino. Algo que no pudo hacer su padre en sus 51 años de vida por “trabajar incansablemente para darnos la mejor vida”, recuerda la misma Jinna.Renunció a su trabajo, terminó una relación de 5 años y abandonó su departamento. Además, vendió el 80% de sus pertenencias para recolectar dinero y su primer pasaje tuvo como destino Islandia. Visitó la Laguna Azul en ese país, luego el coliseo romano, la torre de Pisa, París y cientos de destinos más.
Según Yang, su intención es inspirar a la gente para que sigan sus sueños y aspiraciones sin rendirse en el camino.
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