Raptado al nacer hace 43 años durante la dictadura de Augusto Pinochet, y entregado en adopción en forma irregular a una familia en Estados Unidos, el abogado Jimmy Lippert Thyden demandó el lunes al Estado chileno para que subsane el caso.
Su historia, de la que se enteró recién hace un año, es una más de las cerca de 50.000 adopciones ilegales que ocurrieron en Chile entre 1950 y 1990, muchos de los cuales fueron acogidos por familias en el extranjero, según estimaciones.
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El objetivo “es empezar a corregir una injusticia que ocurrió hace 43 años, cuando nací en el Hospital del Salvador (en Santiago), no muy lejos de aquí, cuando me arrebataron de mi madre al nacer”, dijo Thyden en la sede de los tribunales, en la capital chilena.
El abogado, quien hoy vive en Virginia, Estados Unidos, comenzó a conocer la verdad de su origen en abril de 2023, cuando leyó informaciones sobre personas nacidas en Chile que había sido robadas al nacer, pero que habían logrado reunirse con sus parientes biológicos.
Con la ayuda de varias ONG de Chile y Estados Unidos se hizo pruebas de ADN que confirmaron lo que sospechaba: su familia consanguínea era chilena.
Thyden nació prematuramente y puesto en una incubadora. Su madre fue dada de alta, pero al regresar por su bebé, le dijeron que había muerto y que se habían hecho cargo de su cuerpo.
Lo cierto es que había sido raptado y sacado en forma ilegal del país para entregarlo en adopción en Estados Unidos, en una fórmula que se repite en miles de casos.
En agosto del año pasado viajó a Chile para conocer a su madre biológica, María Angélica González, y a sus hermanos, en la ciudad de Valdivia, 850 km al sur de Santiago.
“No pueden devolverme los 43 años sin mi familia. No pueden entregarme el tiempo (perdido) con mis hermanos y mi hermana y con mi madre que tanto he echado de menos”, afirmó el abogado.
“Mi cultura, mi familia”
“Me arrebataron mi país, mi cultura, mi idioma, mi familia. Me arrebataron mi identidad”, aseguró emocionado al reconocer que el Estado chileno solo puede mejorar el problema, pero “no puede solucionarlo”.
El rapto y adopción ilegal de Thyden se produjo en los años de la dictadura de Pinochet (1973-1990).
Si bien se ha descartado el secuestro de niños como método represivo, como sí sucedió en Argentina, las condiciones de esa época facilitaron el actuar de grupos dedicados a captar niños para enviarlos al extranjero por motivos económicos.
Un rol protagónico lo jugaron asistentes sociales, religiosos, médicos o funcionarios de municipios u hospitales, que detectaban a madres vulnerables y luego sustraían a los niños o lograban bajo engaños que fueran dados en adopción.
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Thyden espera que su ejemplo sirva para que otros casos similares puedan reencontrarse con sus familias biológicas y para que el gobierno y el Estado chilenos ayuden en esa tarea.
Por eso también anunció la puesta en marcha de un sitio web (adopcionilegal.cl) para sumar a otros demandantes a esta querella.
“El gobierno tiene que intervenir. Tiene que ayudar con reuniones en forma significativa. Tienen que reconocer nuestra identidad (...), con el nombre que escogimos como ciudadanos de Chile. Somos chilenos”, afirmó.
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