El periodista Jaime Chincha fue atacado el último lunes por un perro pitbull en el parque Miguel Aljovín, de Surco. Al momento de la embestida, el can se encontraba sin bozal y sin correa. Según la denuncia, el perro lo mordió en la mano en dos oportunidades y el dueño no controló a su mascota de manera oportuna.
En un video publicado en las redes sociales de Chincha, se observa cómo el periodista sigue al propietario del perro para reclamarle por lo sucedido. Esta persona, que se identificó solo como José Enrique, le pidió disculpas y le contó que el perro no tiene rabia. Sin embargo, evadió su responsabilidad y se retiró sin dar mayores explicaciones.
La noche del lunes, Chincha condujo su programa de TV con la mano vendada.
Este no es el único caso reportado en las últimas semanas. A fines de agosto de este año, un policía tuvo que disparar a un perro que mordía a una persona en el distrito de Comas. La víctima resultó con graves heridas en la cara, brazos y pecho.
¿Qué hacer si un perro potencialmente peligroso nos ataca?
El médico veterinario Pancho Cavero dio algunas recomendaciones si estamos siendo atacados por perro. La primera es mantenerse quieto y no correr. Hay que conservar una distancia segura en la medida de lo posible y retirarse con precaución. Si el animal ya te acató, debes evitar pelear o jalar. Los perros pitbull son animales que muerden y no sueltan; por lo tanto, estos movimientos bruscos te podrían generar mayores lesiones. Debes intentar mantener la calma y pedir ayuda.
En caso de emergencia, el propietario -u otra persona- deberá levantarle las patas traseras al animal. Eso lo desestabilizará y soltará por unos instantes. Ahí se debe aprovechar para jalar hacia atrás al perro.
Otro elemento que podemos emplear es un palo de escoba. Este deberá ser puesto en los molares del animal y eso provocará que se abra un espacio en la mordida y suelte.
Según Cavero, cualquier perro grande puede ser peligroso, no solo un pitbull. “Los san bernardo son perros que parecen buenos y dóciles, y así debería ser; pero hay mucha consanguinidad y se cruzan entre ellos y así fijan características no deseadas. El 80% de perros san bernardo que conozco son bravos. Un labrador es un perro dócil, pero también puede llegar a ser peligroso”, explica.
El problema, asegura, es una tenencia irresponsable de estos animales. Desde cachorros, estos perros deben socializar con otros y también con personas. Además, deben ser acostumbrados a usar bozal y correa. “Cualquier perro grande, más allá de su raza, debe salir a la calle con estas protecciones”, dijo Cavero.
¿Qué dice la ley sobre estos hechos?
El Comercio conversó con la abogada Sonia Córdova, para conocer cuáles son los alcances de la legislación peruana. Existe, explica, la Ley Nº 27596, que regula el régimen jurídico de canes. Esta norma está vigente desde el 2001. Y esta norma tiene un reglamento aprobado en el 2002.
Estos dispositivos establecen los tipos de perros que son potencialmente peligrosos y los requisitos y deberes que debe cumplir una persona para la crianza de un animal con estas características.
Sin embargo, Córdova critica que ni el Ministerio de Salud ni las municipalidades provinciales y distritales cumplen sus funciones fiscalizadoras y sancionadoras. “No conozco de municipios que hayan establecido multas y sanciones por tenencia irresponsable de canes. Deberían fiscalizar que los propietarios saquen a sus canes con bozal, correa y que estén debidamente registrados”.
REQUISITOS:
1.- Ser mayor de edad
2.- Acreditar aptitud psicológica mediante certificado o constancia expedido por psicólogo colegiado
3.- No haber sido sancionado conforme a esta Ley en los 3 (tres) años anteriores al momento de adquisición o tenencia de canes considerados potencialmente peligrosos.
DEBERES:
1.- Identificar y registrar ante el municipio distrital o provincial a los canes que sean de su propiedad o bajo su tenencia o custodia.
2.- Deben obtener una licencia municipal para criar a un perro de esta raza
3.- Para todos los perros se debe usar correas con extensión y resistencia sean suficientes para asegurar el control sobre ellos.
4.- En el caso de canes considerados potencialmente peligrosos, deben conducirse adicionalmente con bozal y la conducción debe realizarla el propietario o cualquier otra persona adulta con capacidad física y mental para ejercer el control adecuado sobre el animal.
5.- Deben mantener a los canes bajo condiciones de seguridad que eviten cualquier tipo de daños a tercero
La citada norma también establece una serie de sanciones para aquellos propietarios que incumplan estos requisitos y deberes.
Se le multa con 1 UIT (S/4.400) a quienes conducen un can por la vía pública sin identificación, sin bozal o sin correa o que la utilizada no sea razonablemente suficiente para ejercer el control del animal considerando su peso, tamaño, características físicas y agresividad.
También se le impone esta infracción a quien no cuenta con la licencia señalada (esto casi nadie lo cumple), no contar con licencia para criar a un perro potencialmente peligroso y no presentar ante el municipio el certificado de sanidad del animal.
Las infracciones graves se sancionan con 2 UIT (S/8.800). En este caso, se considera grave si el propietario participar, organizar, promover o difundir las peleas de canes, adiestrar o entrenar canes para pelea o para acrecentar o reforzar su agresividad, si abandona canes considerados potencialmente peligrosos, entre otras razones.
¿Qué más asume el propietario del can peligroso?
Si su perro causó lesiones a una persona, estará obligado a cubrir el costo total de la hospitalización, medicamentos y cirugía reconstructiva necesaria, hasta su recuperación total, sin perjuicio de la indemnización por daños y perjuicios a que hubiere lugar. La ley exceptúa de esto al propietario cuando el can actúa en defensa propia, de terceros o de la propiedad privada.
Ahora, si el perro causa lesiones graves a otro animal, el dueño estará obligado a cubrir el costo que demande su restablecimiento. En caso de que el animal atacado muriese, el propietario o poseedor del agresor deberá pagar a favor del perjudicado una indemnización equivalente a 1 UIT. En este caso, también se aplica la misma excepción mencionada en el párrafo anterior.
La norma establece que estos perros deberán ser sacrificados cuando hayan ocasionado daños físicos graves (descanso o atención médica por más de 15 días) o la muerte de personas o animales.