En Lima, cada vez más garages son patios para la hora del recreo. Ya no es raro que la infraestructura de una casa albergue un colegio en la capital. Según el Ministerio de Educación (Minedu), al cierre del 2015 en Lima Metropolitana existían 5.680 colegios privados de educación básica regular (EBR), es decir, de inicial, primaria o secundaria.
Esa cantidad prácticamente triplica el número de colegios públicos de la ciudad: 1.795. Las cifras son similares a las registradas a mediados del 2014 por la firma de inteligencia comercial Mapcity.
Aún así, en Lima, abundan colegios privados chicos con pocos alumnos cada uno, según Hugo Díaz, presidente del Consejo Nacional de Educación (CNE), adscrito al Minedu. Eso –asegura– casi los ha equiparado en número de matriculados con los públicos, que son menos pero tienen más alumnado en promedio.
No obstante, la heterogeneidad de la educación privada se ha agrandado en los últimos años por la proliferación de colegios de baja calidad educativa, sostiene Díaz: “Abundan colegios pequeños que para ser rentables pagan mal a sus maestros y sus ambientes nunca son mejorados”.
De acuerdo con la Evaluación Censal de Estudiantes 2014, 26 de cada 100 alumnos de segundo grado de primaria de colegios privados lograron un nivel satisfactorio en matemáticas. Igual proporción se registró entre el alumnado del mismo grado de los colegios públicos.
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Pensiones y calidadSegún un informe del Grupo Educación al Futuro (GEF), difundido esta semana, los colegios privados en Lima variaron hasta en 203% sus pensiones entre el 2005 y 2016. Para este año, el 71% de planteles elevará sus pensiones en 6% en promedio. Para Justo Zaragoza, director del GEF, que ha editado la “Guía de colegios particulares y nidos 2016”, el colegio más caro puede ser aquel que cobra S/200 al mes a una familia de pocos recursos a cambio de pésima calidad educativa.
Díaz, del CNE, reconoce que “las UGEL y direcciones regionales de educación desde hace varios años dan autorizaciones de funcionamiento [a los colegios particulares] sin aplicar los filtros necesarios”.
El surgimiento de la oferta masiva de colegios privados responde al déficit de la educación pública. Así, el crecimiento económico y la aspiración a una buena educación han privilegiado la opción privada.
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