“He tenido que acostumbrarme a vivir con miedo, a estar vigilado de día y de noche, a no poder salir solo a la calle”, dice Pedro Angulo Acevedo, sin quitar la mirada de uno de sus tres celulares. El dueño de la corporación de tiendas El Padrino, que agrupa a 20 establecimientos comerciales (del rubro de comida, entretenimiento, venta de artefactos electrodomésticos e inmuebles) ubicados en San Juan de Lurigancho, cuenta que vive extorsionado desde hace seis años. “He recibido hasta 20 llamadas al día”, agrega.
Solo en los últimos dos días, dos de los locales de El Padrino sufrieron tres atentados con granadas y dinamita.
Los sujetos lanzaron los explosivos cuando los establecimientos se encontraban funcionando. “Es un terrorismo de delincuentes, ahora me amenazan hasta con granadas”, agrega Angulo.
ATAQUES CONTINUOS
El último ataque de los extorsionadores ocurrió en la pollería El Padrino, de la cuadra 7 de la Av. Gran Chimú.
Rubén Guzmán, subgerente de la corporación, contó que cerca de la 1:00 a.m. de ayer un sujeto se acercó a la ventana del local y lanzó una granada que segundos después explotó. Pese a que la pollería está a pocas cuadras de la comisaría de Zárate, el delincuente logró huir. El trabajador Manuel Ramos Fernández, de 19 años, resultó con cortes y heridas en el brazo.
Un día antes, a eso del mediodía, otro sujeto que iba en moto dejó un explosivo en la ventana del mismo establecimiento. Los agentes de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) llegaron al lugar y lograron neutralizar la dinamita.
Peor fue el susto que se llevaron los trabajadores de la tienda de artefactos electrodomésticos de la misma corporación ubicada en el cruce de las avenidas Wiesse y Muro. Pocas horas después del fallido ataque, alrededor de las 7:30 p.m., un sujeto lanzó una granada dentro del local cuando había dos niños adentro. La cámara de vigilancia de la tienda muestra que el sujeto huyó junto a otro en una moto.
“La granada pasó por mi lado y explotó cerca a la niña de 7 años. Lo único que hice fue auxiliarla, pero ya tenía heridas en la piel”, contó Walter Chinchay, trabajador de la tienda.
Los atentados no han sido una sorpresa para el dueño de la corporación El Padrino. Su vigilante personal, Henry Pereda, dice haber recibido 19 mensajes de texto en el último mes con amenazas de muerte en contra de Angulo.
“Pedro, de ti depende vivir o morir”, dice una de las criminales advertencias.
“Nosotros los vemos a ustedes y ustedes no nos están viendo”. (AUDIO)
Ante las amenazas, Angulo –quien puso su primer local de electrodomésticos en 1991– asegura haber puesto más de 30 denuncias en las comisarías de la jurisdicción y en la Dirección de Investigación Criminal de la PNP. Sin embargo, dice que no ha recibido respuesta por parte de la policía. En tanto, el jefe de la División de Secuestros de la PNP, Manuel Roncalla, indicó que en este año solo ha recibido dos denuncias de empresarios extorsionados con explosivos. Dijo que la mayoría de veces, los comerciantes no denuncian por temor a represalias.
Moisés Mieses, presidente de la Confederación Nacional de Comerciantes, asegura que solo un 40% de los más de 500 comerciantes que han sido extorsionados ha sentado la denuncia. “Estamos avanzado, pero la policía no nos da garantías para protegernos”, aseguró. El ex jefe de la PNP José Tisoc opinó que urge por parte del Gobierno la especialización de policías que puedan ganarle a la delincuencia organizada. “Están dejando que el problema crezca y no le dan ninguna solución”, sentenció.