José Rodríguez Rojas ha pagado el precio de tener un nombre y unos apellidos comunes. En el 2012 fue detenido en la comisaría de Ate luego de denunciar la pérdida de sus documentos. Pasó un día en el calabozo por un robo que supuestamente había cometido en Trujillo, una ciudad que apenas conocía por televisión. Desde aquella vez, José no sale de casa sin su certificado de homonimia.
Evidentemente, luego de que se hicieran las averiguaciones, José recuperó su libertad y, de paso, se enteró de que tenía 66 homónimos: personas que compartían con él sus apellidos y al menos un nombre.
Como él, 913.765 personas tienen homónimos en el país, según la base de datos del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) actualizada a abril del 2014.
“Más que por un tema de simple homonimia, las detenciones arbitrarias se dan por la mala identificación de los operadores de justicia en la verificación de los datos de una persona investigada en un proceso judicial”, dijo Imelda Tumialán, la jefa del Programa de Protección y Promoción de Derechos en Dependencias Policiales de la Defensoría del Pueblo.
Las detenciones arbitrarias son moneda corriente en nuestro país y ello lo pueden confirmar Elías Zamora Quispe, quien fue intervenido por error en setiembre del 2011 por narcotráfico; o José Rafael Martínez López, el último damnificado de ese huracán llamado sistema de identificación y que desde el 2007 hasta la fecha suma 180 situaciones de este tipo, según cifras de la defensoría.
Las estadísticas indican que Lima es la ciudad que registra más casos (30) en estos ocho años y que el 2012 fue en el que se presentaron más denuncias.
En el 2014 ya se han registrado nueve casos en la capital.
El tema se explica en la falta de rigurosidad en los juzgados y la ausencia de un sistema interconectado de identificación y verificación entre la Policía Nacional, el Poder Judicial y el Ministerio Público.
Rosabel del Valle, subgerenta de Depuración de Identificación de la Gerencia de Registros de Identificación del Reniec, recomendó a las personas revisar el número de homónimos que posee.
“Aunque el certificado de nombres iguales, expedido por el Reniec, tiene un carácter informativo, puede alertar sobre el riesgo de ser confundido con otra persona”, dijo.
El único documento que puede acreditar que una persona no es buscada por la policía es un certificado de homonimia que entrega el Poder Judicial.
La ley que regula el procedimiento en los casos de homonimia, la 28121, estableció algunos datos para identificar a una persona requisitoriada.
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Estos son el nombre y apellidos completos, edad, sexo, fecha y lugar de nacimiento, documento de identidad, domicilio, foto, características físicas, talla y contextura. Además, cicatrices, tatuajes y otras señales particulares, el nombre de los padres, grado de instrucción, profesión u ocupación, estado civil y nacionalidad.