Han pasado más de tres años desde que el mayor FAP Jorge Manuel Olivera Santa Cruz fue hallado muerto al lado del hangar 2 de la base aérea Las Palmas, en Surco, y hoy todavía continúa el proceso. La Cuarta Fiscalía Superior Penal de Lima determinó que aquella noche, cuando hacía patrullaje, su esposo fue asesinado y que no cometió un suicidio.
“Hoy me entregaron el documento. Este juicio ha demorado más de tres años pero la justicia tarda”, fueron las primeras palabras que dijo a El Comercio su viuda, Elizabeth Gonzales Romero, quien siempre defendió la tesis del homicidio.
Durante estos tres años, la Fuerza Aérea del Perú se dedicó a apelar todo proceso judicial que llevara a cabo la viuda del mayor. Después de tres pronunciamientos a favor de la FAP, el caso fue derivado a segunda instancia, solo para que la Fiscalía Superior llegue a la misma conclusión.
“Sí existen indicios de que el deceso del mayor FAP Jorge Manuel Olivera Santa Cruz fue víctima del delito contra la vida, el cuerpo y la salud en la modalidad de homicidio con arma de fuego”, detalla el documento del Ministerio Público.
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Jorge Olivera Santa Cruz murió de un impacto de bala en el tórax mientras trabajaba en Las Palmas. (El Comercio)
El fiscalía, a cargo de la doctora Sonia Albina Chávez Gil, pide que la FAP sea investigada por haber entorpecido la investigación policial en su debido momento.
“Cuando ocurrieron los hechos, alguien de la FAP llamó a la comisaría de Surco de forma anónima. Cuando enviaron la patrulla, en la puerta de la base aérea Las Palmas les negaron el hecho, les dijeron que no había nada y no les dejaron entrar”, recuerda la viuda del mayor Olivera.
En aquel momento, el comandante general de la Segunda Región Aérea Territorial a cargo era el mayor general Charles Lambrucshini Acuy.
LA TEORÍA DEL SUICIDIO
Una semana después de la muerte del mayor Olivera Santa Cruz, la policía llegó a la conclusión preliminar de que él mismo se propinó un disparo a la altura del pecho con una pistola que fue encontrada cerca del cadáver, a pesar de que no había un casquillo que confirmara esta versión.
Para los agentes de la Dirincri, el examen de absorción atómica arrojó un resultado positivo, lo que probaría que Olivera Santa Cruz disparó un arma antes de morir.
Sin embargo, el propio informe de medicina legal contradijo esta versión. El mayor de la Fuerza Aérea no había disparado ningún arma y murió por un balazo a larga distancia. Desde entonces, la incertidumbre fue la respuesta. Nadie ha sabido hasta ahora explicar cómo se produjo el balazo en el tórax que acabó con la vida de Jorge Olivera.