El mercado de Magdalena es un emblema del distrito. Hace 80 años comenzó a operar al aire libre, con el tiempo creció y se convirtió en el principal centro de abastos de la comunidad. Sin embargo, largas disputas internas impiden su desarrollo.
En la fachada del mercado, un cartel anuncia el proyecto para construir un moderno local comercial de cinco niveles, con sótanos para estacionamientos, dos pisos para mercado y tres para patio de comida, zona de entretenimiento y centro financiero. El proyecto, que es impulsado por un grupo de comerciantes, data de hace varios años, pero cerca de 200 no apoyan la propuesta porque antes quieren ser dueños de sus puestos.
—Dueños de nada—En el 2001, la Municipalidad de Magdalena, hasta entonces propietaria del terreno de 8.640 m2, vendió el predio a la asociación de comerciantes que operaba el mercado. Los cerca de 700 socios debían pagar US$1.500 cada uno, pero solo la mitad lo hizo. Para cumplir el contrato, la asociación de comerciantes debió pedir un préstamo e hipotecó el terreno.
“En ese tiempo yo pagué, y el banco me dio un comprobante del depósito, pero el puesto nunca apareció como mi propiedad en Registros Públicos. ¿Cómo puedo creer en lo que un grupo pretende hacer ahora?”, cuenta Susana, comerciante desde hace 43 años.
En el 2008 la deuda del banco, por ese entonces de unos S/8 millones, fue comprada por la empresa Rancho Grande, que inscribió el terreno a su nombre y luego lo vendió a un tercero, Bojavi S.A.C.
“Con el aval de malos dirigentes se tasó el mercado por S/8 millones. La empresa y ellos firmaron una dación en pago y Rancho Grande terminó inscribiéndose como propietaria en Registros Públicos”, cuenta el ex dirigente Augusto Huamán. La asociación de comerciantes dejó de ser propietaria del mercado, y para tratar de recuperar el que alguna vez fue su terreno creó Magdalena Plaza S.A. Esta empresa, a través de medidas cautelares, impidió la inscripción de un tercero como dueño del predio.
“Rancho Grande nos pedía inicialmente US$25 millones. Luego de una larga negociación logramos comprar el 100% de sus acciones por US$11 millones, con el requisito que resuelva el contrato con Bojavi”, señala Verónica Gómez Sanchez, gerenta general de Magdalena Plaza S.A., quien posee el contrato de compraventa, pero acepta que tienen una nueva deuda bancaria y que a la fecha el terreno sigue a nombre de Rancho Grande.
Según Gómez Sanchez, ahora los socios esperan fusionarse con Rancho Grande para ser así los únicos dueños del predio. Sin embargo, Magdalena Plaza figuraría como la propietaria.
Por ahora, el destino del mercado es incierto.
INSEGUROOtro problema es la inseguridad que se observa en el mercado. En mayo de este año, el municipio lo clausuró por no cumplir las condiciones básicas, ya que los pasadizos y corredores centrales son angostos, y la cantidad de puestos es mayor a la permitida. Esta sanción llevó a sus comerciantes a mejorar los techos y el cableado eléctrico. Con esas mejoras, recién en setiembre último el mercado obtuvo su certificado de defensa civil y licencia de funcionamiento.