Los Juegos Panamericanos Lima 2019 son la oportunidad de oro que la capital tiene para cambiar de cara. El impacto del evento deportivo más grande en la historia del Perú escapa a las canchas y podría modificar los sistemas de transporte, los espacios públicos e, incluso, el curso del desarrollo inmobiliario. La chance de un legado que reinvente la ciudad está ahí, pero el proyecto general para Lima 2019 aún no ha sido aterrizado: no contamos con un plan de desarrollo de infraestructura.
“Si se trabaja bien en estos eventos, las ciudades siempre mejoran porque se invierte más en ellas que en la misma infraestructura y organización deportiva”, dice Arturo Woodman, ex jefe del Instituto Peruano del Deporte (IPD) y miembro del Comité Organizador de Lima 2019 (Copal).
Hace 16 meses Lima fue elegida sede de los XVIII Juegos Panamericanos, el 11 de octubre del 2013. Sin embargo, hace apenas cinco días se instaló el Copal.
COMISIÓN DUPLICADA
Las diferencias dirigenciales entre el Comité Olímpico Peruano (COP) y el IPD junto al Ministerio de Educación (Minedu) demoraron los trabajos de coordinación. A inicios del 2014, se creó un comité organizador liderado por el COP. Este nunca fue oficializado mediante resolución suprema. Luego de algunos meses, el Poder Ejecutivo, a través del Minedu, decidió no reconocer a este grupo de trabajo. Según el titular del sector, Jaime Saavedra, el COP no podría presidir el comité, pues su labor debía ser fiscalizadora.
Ya en enero último, el COP fue acusado de malversación de fondos por el congresista Daniel Abugattás y se temía que la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) decidiera quitarnos la condición de sede. Desde México, llegó el respaldo a Lima, mientras anunciaban una visita de evaluación sobre los avances en la ciudad con miras a los Juegos.
El equipo de la Odepa arribó a Lima esta semana, justo a tiempo para asistir a la instalación del Copal, el miércoles 4 de marzo. El comité lo lidera Luis Salazar Steiger, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias y vocal del COP. Integra el grupo de trabajo como representante del Minedu.
Faltan cuatro años con cuatro meses para Lima 2019 y, con todas las obras de infraestructura deportiva, inmobiliaria y de comunicaciones pendientes, el Perú tiene un plazo ajustado para cumplir el plan. “Es cierto que hemos perdido tiempo, pero tampoco quiere decir que no podamos hacer unos buenos Juegos Panamericanos”, dijo a El Comercio Salazar. ¿Cuáles son las medidas más urgentes por tomar?
PLAN DE ACCIÓN
En primer lugar, se deberá definir al 100% en qué deportes se competirá. Hay 37 que son obligatorios, los de carácter panamericano. Pero la ciudad sede tiene la opción de agregar algunas disciplinas. El Comité Olímpico Peruano ha solicitado incluir el surf (en el que tenemos posibilidad de medalla), el kung fu y la pelota vasca (relacionada con el frontón).
Con la lista de deportes confirmada, se pasaría a elaborar el plan maestro de infraestructura: la guía que muestra cuáles serán y dónde se harán las obras de carácter deportivo. Por ahora, existen dos propuestas: del COP y del IPD. Si bien hay algunas coincidencias, en su mayoría difieren, especialmente en cuanto a presupuesto (los olímpicos hablan de US$700 millones; y el instituto, de unos US$400 millones) y espacios elegidos.
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