En el Día Internacional de la Mujer pedimos a cinco mujeres destacadas que piensen en una persona que las haya inspirado a lo largo de sus vidas y le escriban una carta. La mayor PNP Paola Torres, quien dirige la Comisaría de Familia de San Juan de Miraflores, y Sofía Carrillo Zegarra , periodista de Radio Nacional y activista afroperuana, escogieron a sus madres. Olinda Reshin Jabe Silvano, artista shipibo conibo, y Arlette Contreras, abogada y defensora de los derechos de las mujeres, escribieron a sus abuelas. Susel Paredes, política, abogada y activista por los derechos LGBTI, pensó en Manuela Sáenz, la primera Caballeresa de la Orden del Sol.
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De Sofía, para mamá
Querida mamá
A ti te enseñaron a callar, pero tú me enseñaste a no hacerlo. A ti te dijeron muchas veces que las mujeres (menos aún si somos mujeres negras) no teníamos derecho a soñar, pero tú me enseñaste a hacerlo sin límites. A ti te conminaron a resignarte y tú me dijiste: “lucha, lucha… tú puedes”.
¿Sabes? Parece que las mujeres nunca vamos a parar de luchar… y a veces siento que necesito volver a ser esa niña a la que le enseñaste a recitar con fuerza y seguridad, aquella a la que le repetías: “una tiene que transmitir lo que siente, sino no tiene sentido”. Aquella que guiaste días y noches en cada momento de su vida.
Y ahora, quiero aplicar lo aprendido y transmitir en estas líneas la admiración y el amor que te tengo. Decirte que eres mi mayor referente, tú… una mujer negra afrodescendiente que nació y vivió en el campo, en su balneario de Puquio Santo en Chincha, que vino a estudiar secundaria a Lima aunque recibió la burla de muchos (“porque ya era grande y no tenía sentido”); eres la mujer que más admiro.
Gracias, gracias y gracias… por enseñarme a luchar con alegría, por permitirme abrazar mi afrodescendencia con orgullo, por ser la mujer que me da soporte y no permite que me rinda. Si tú pudiste, si nuestras ancestras pudieron y sobrevivieron a la esclavización, ¿por qué yo no podría? ¿por qué?
Te quiero mamá,
Giovanna Sofía
Por enseñar a ser madre
Amada mamá:
Quería agradecerte por ser la mujer que me enseñó que las cosas que valen la pena en esta vida cuestan sacrificio y que la satisfacción de haberlas logrado no tiene comparación. Por ti es que tengo fe y también por ti es que valoro el rol de la mujer como madre ahora que lo soy.
Tus consejos fueron los deseos más sinceros para el bien de nosotros, tus hijos. Tus decisiones las toomaste pensando principalmente en los seres que amaste. Y así trascendiste, ofreciéndole a nuestro prójimo y a la Patria ciudadanos con la capacidad de brindar algo mejor en cada escenario de la vida.
Feliz día, mamita, por tu loable labor,
Paola
Para Elivira Nunta: una carta a quien ya no está
Hola queridísima abuela,
Espero que estés bien en donde te encuentres. Hace mucho tiempo que no me comunicaba contigo.
Me encuentro muy feliz. Te quiero contar que estoy logrando muchas cosas importantes en mi vida y todo lo que voy logrando te lo debo a ti,que me enseñaste de muy chiquita a ser una mujer luchadora, trabajadora, a no rendirme, a seguir adelante.
Me acuerdo que cada vez que me sentía rendir, me acordaba de tus palabras alentadoras. Gracias a tu conocimiento y tu sabiduría, incentivo a otras madres a seguir adelante.
Gracias abuela hermosa, siempre te llevaré dentro de mi.
Olinda
A Paulina, un beso a la distancia
A Paulina:
Querida sumaq payacha, no imaginas cuánto te echo de menos y mediante esta carta quiero expresarte todo mi cariño y admiración de siempre.
Vivir contigo ha sido una de mi mejores experiencias de solidaridad, compromiso y amor. Con tu ejemplo aprendí a ser valiente y a abogar por los derechos de los demás.
Gracias por organizar “Kusi Ayllu”, por alimentar a los niños(as) mediante el comedor popular “Las joyitas” de Puca Cruz, por presidir la Asociación Regional de los Adultos Mayores y por todo tu trabajo altruista de siempre a favor de las personas que más lo necesitan. ¡Gracias por ser mi mentora!
Espero que tus clases de lectura te ayude a leer con facilidad esta carta o de pronto espero que algún corazón noble -que no lo dudo- llegue a casa para contarte que te escribí y me sentiré honrada de haberte regalado un momento de felicidad en ese momento.
Con amor,
Arlette
[Paulina, la abuela paterna de Arlette Contreras, vive en Ayacucho]
Aires de libertad
Querida Manuelita Sáenz:
Cierro los ojos y te veo nítidamente cabalgando en los andes con uniforme militar, blandiendo la espada, y los pelos contra el viento.
Me inspiras cada día para enfrentar los prejuicios, para luchar por las libertades, para lidiar contra la ignorancia machista.
Manuelita, la política es de nosotras las mujeres. Lo demostraste hace casi doscientos años y a{un no llegamos a la paridad.
Sueño contigo. Sueño que levanto el caballo en dos patas y te alcanzo y juntas llegamos a la igualdad, pero siempre Manuelita con la espada en alto y los pelos contra el viento.
Susel
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