Un día antes de su muerte, el 23 de abril del 2011, Gerson Falla entró corriendo a una panadería de la avenida Canadá, en San Borja. Presa del pánico, el joven de 26 años causó algunos destrozos, mientras pedía auxilio y gritaba que lo perseguían.
Minutos más tarde, efectivos de la policía y serenazgo lo condujeron a la comisaría de San Borja. Falla sufrió una agresión de la que empezó a conocerse evidencia irrefutable recién casi cuatro meses después –en agosto del mismo año– por medio de un corto y revelador video.
“Suelta, pues, espérate”, pide Falla, con el torso desnudo, mientras lo colocan las esposas. Segundos después, lo arrastran por el piso de mayólica de la comisaría.
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