La propagación del COVID-19 alcanzó dos nuevos hitos en la semana. Al haberse cumplido 164 días de la aparición del primer caso en el país, el número de contagios superó el medio millón de personas, al totalizar 516.296 al cierre del viernes.
El número de víctimas que ha cobrado la epidemia ha ubicado al país en el segundo lugar en cuanto a la tasa de mortalidad en el mundo, solo superado por Bélgica.
El Gobierno ha retomado medidas como la inamovilidad de los domingos o la prohibición de visitas familiares. Expertos consultados por este Diario resaltan que también es necesario el uso de la información para el seguimiento de la pandemia, la aplicación de cercos epidemiológicos, así como la integración de las estrategias para enfrentar la enfermedad.
Hugo Ñopo Aguilar. Investigador Principal de GRADE
Hacer mejor uso de la evidencia
Para decidir mejor debemos informarnos mejor
Me piden una recomendación para los meses (¿o años?) que quedan de pandemia. Tengo una respuesta clara: hacer mejor uso de la evidencia. A mediados de marzo, la decisión del Gobierno de aplicar una cuarentena estricta fue aplaudida. Ese aplauso fácil (y desinformado) será esquivo ahora, felizmente.
Es muy probable que cuando lleguemos al cambio de gobierno la pandemia siga aquí, así que lo que corresponde es optimizar con las restricciones que eso implica. Pero para decidir mejor debemos informarnos mejor. Durante muchos meses, nos hemos debatido en la dicotomía salud-economía. A juzgar por nuestros resultados, más que dicotomía lo que tenemos es una complementariedad: nos ha ido mal con ambas. Se necesita un ajuste de rumbo.
El sector privado también tiene la capacidad para generar datos
Esta semana fue preocupante constatar que el Estado cree poco en su capacidad de generación de evidencia. Ojalá eso cambie pronto, pero, mientras tanto, es importante aclarar que en el mundo moderno no solo el Estado genera o compila los datos. El sector privado tiene enorme capacidad, inclusive para generar datos en tiempo real. Tanto los rastros de movilidad de nuestros teléfonos celulares como las transacciones pueden darnos información útil para el monitoreo de la pandemia y de la economía. Usémoslos.
Muchos de esos datos probablemente sean imperfectos e incompletos, es cierto. Pero estamos en pandemia, no podemos darnos el lujo de esperar a la información perfecta. Cuando la evidencia es parcial, el rol de los expertos se hace más central. Por eso resulta importante también que el grupo Prospectiva comparta sus datos y análisis con la comunidad científica. Contrastando miradas podremos acercarnos mejor a la verdad.
No me refiero únicamente a la evidencia cuantitativa, la cualitativa también es muy útil. Pero para capturarla mejor necesitamos un Estado mucho más capilar en su llegada al territorio. Cambiar esto en el corto plazo no será fácil, pero queda pendiente la tarea en el mediano plazo.
Que esta pandemia sirva para generar un listado de los aprendizajes que necesitamos para ser una mejor sociedad. #SinCienciaNoHayFuturo.
Juan Astuvilca Cupe. Médico epidemiólogo. Decano del Colegio Médico de Lima
Aplicación de cercos epidemiológicos
Aumentar la capacidad de detección
La aplicación de cercos epidemiológicos no solo implica identificar y aislar a las personas o familias que tienen la enfermedad, sino también el rastreo de contactos que aún no se ha dado masivamente debido al déficit de personal sanitario, la falta de pruebas y medicamentos. Desde el Colegio Médico pedimos al Gobierno que se refuercen los equipos de respuesta rápida y de trabajo comunitario. Estos grupos no solo deben incluir al personal del Minsa, sino también a líderes vecinales y alcaldes distritales.
Reforzar el primer nivel de atención
Tenemos que priorizar la atención primaria para descongestionar y aliviar la excesiva demanda que tienen los hospitales. Actualmente las postas y centros médicos carecen de insumos, medicamentos, infraestructura y personal asistencial que esté debidamente contratado. Si hubiésemos invertido antes en este rubro habríamos contrarrestado la gran ola de pacientes que llegan a los hospitales y que no pueden acceder a suficientes camas de hospitalización o en cuidados intensivos.
Evaluación continua de medidas
La restricción de no salir los domingos, retomada ahora por el Gobierno, ha tenido poco impacto epidemiológico. Muchas de las personas que no salían los domingos se aglomeraban los sábados o lunes. Si bien ahora se toma con el argumento de disminuir las visitas familiares, su impacto debería evaluarse cada 15 días. Si estos dos primeros domingos continúa subiendo fuertemente la cantidad de infectados y fallecidos, [su continuidad] debería ser estudiada.
Omar Narrea Rivas. Profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico
Tiene que haber un plan único en el Estado
Ampliar la atención para los infectados
La mejor manera de evitar más daño en el bienestar familiar es brindando pautas para prevenir el contagio, pero a la vez mejorar la atención de los casos activos. Es importante que los gobiernos regionales y las municipalidades habiliten espacios físicos (colegios o estadios)que reciban a los enfermos y faciliten la entrega de alimentos o el kit COVID-19 con azitromicina, paracetamol y oxímetro a los afectados. También hay que mejorar el tema de la información, que hasta ahora se ha enfocado en prohibiciones y no educa sobre lo que debe hacer una persona si se contagia.
Aliviar los costos para las familias
El reparto de bonos es importante, pero no es lo único. En algunos lugares, estos deben ser complementados con medidas específicas que alivien los gastos de las familias. Una iniciativa podría ser el refinanciamiento para pagar los servicios básicos y, si se quiere ser más agresivos, apoyar financieramente el pago del colegio.
Integrar la gestión pública
El Ejecutivo no tiene un plan articulado frente al COVID-19 que coordine las intervenciones de las distintas entidades públicas. Cuando se persigue una meta de reactivación se deja a un lado la salud, y viceversa. Tampoco se están agilizando los procesos burocráticos para llegar a las poblaciones vulnerables. El estilo de la gestión pública es igual al que había antes de la pandemia.
Fortalecer capacidades
La baja ejecución presupuestal muestra que el Estado necesita ayuda. Hay que fortalecer capacidades, especialmente en salud, que incluya a regiones, municipios y al propio Minsa. Es cierto que hay gobiernos regionales insostenibles, por lo que se requiere generar alianzas con el sector privado, las ONG y las universidades.
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