La avenida Abancay es una de las vías más concurridas en esta época del año. Por ella se llega a grandes puntos de comercio como son El Hueco, Mesa Redonda, el Mercado Central, Jirón de la Unión y muchas tiendas que se encuentran en el Cercado de Lima. El tráfico incrementa de forma alarmante y trae consigo un gran nivel de contaminación sonora. Esta situación puede ocasionar daños a la salud de vendedores y compradores.
Para conocer un poco más este problema, es importante saber la cantidad de vehículos que transitan. Esta vía recibe diariamente a 2 mil 500 vehículos de transporte público, además de 60 mil vehículos privados (por fiestas incrementa hasta en un 30%). Existen conductores respetuosos, pero también aquellos que usan su bocina indebidamente.
MÁS QUE ESTRÉSLa contaminación sonora puede ocasionar daños sicológicos o fisiológicos. Según Julio Cachay, médico internista de la Clínica Ricardo Palma, las personas expuestas de manera permanente (diez horas diarias) al ruido pueden presentar constantes dolores de cabeza, además de experimentar un cansancio que afecta a la productividad diaria. En los niños puede ocasionar problemas de aprendizaje.
“Puede repercutir en el sistema cardiovascular con taquicardias o hipertensión. En personas susceptibles a cardiopatías, pueden llegar hasta un infarto. Claro que hablamos en el peor de los casos. A nivel digestivo puede ocasionar una hiperacidez que termina en gastritis. También pueden sufrir de cólicos intestinales y diarreas”, añadió.
Las personas que se exponen por menor tiempo (compradores que van de 3 a 4 horas de forma eventual) desarrollan efectos más inmediatos como pueden ser dolores de cabeza, taquicardias o ardores en la boca del estómago. “Toda contaminación sonora es una agresión al oído. Esto puede generar zumbidos en el oído (tinnitus) e inclusive una disminución de audición temporal (hipoacusia)”, explicó.
MELODÍA INFERNALEn mediciones realizadas con un sonómetro en los exteriores de la Biblioteca Nacional, se registró a mediodía un pico de 113 db de una bocina. El valor promedio de la medición fue de 80,2 dB, en un lugar donde paradójicamente debe haber silencio para la lectura.
Diana Mascco Escobar, responsable de la campaña “Lima contra el ruido” de la Municipalidad de Lima, cuenta que en este punto registraron 78,7 dB en octubre. “El nivel promedio tiene que ser de 55 dB según la OMS. En época de fiestas lo hemos sobrepasado más”, agregó.
MUCHO POR HACEREn una medición realizada a las 5pm en el cruce de la Av. Abancay con el Jr. Cusco el promedio fue de 79,3 dB, con un pico de 106 dB. Mariella Atala, especialista en aire y ruido de la Dirección de Evaluación del OEFA, mencionó que en noviembre del 2013 registraron 75 dB en el mismo punto. El aumento es considerable.
“Según el código de tránsito se las personas que hacen ruido con su bocina pueden recibir una multa, sin embargo la policía de tránsito no tiene cómo verificar que un conductor ha cometido una infracción por contaminación sonora. Aún hay mucho por hacer”, mencionó.