El debate por el uso de ‘armas no letales’ vuelve a tomar viada tras la aprobación de la ley que permitirá a los serenos equipar medios de defensa. Durante la sesión del pleno de ayer, el Congreso de la República votó a favor de la insistencia de esta autógrafa que había sido observada por el Ejecutivo el mes pasado.
El 29 de marzo, el Legislativo aprobó un proyecto de ley que permitía al personal de serenazgo equipar bastones tonfa, gas pimienta, grilletes de seguridad y chalecos antibalas. Asimismo, se indicó que la formación del personal de seguridad ciudadana estaría bajo la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas.
El Ejecutivo observó la autógrafa el 2 de mayo, basándose en diferentes criterios. Uno de estos era que la Organización de las Naciones Unidas define estas armas como ‘menos letales’ y no como ‘no letales’. De igual manera, se resaltó en contra la participación de las Fuerzas Armadas y se aclaró que el uso de la fuerza, por mandato constitucional, es competencia única de la PNP “para el cumplimiento de la función policial”.
Modificaciones al texto
Ante estas observaciones, y otras estipuladas, la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas del Congreso de la República modificó ciertos aspectos de la autógrafa. La variación principal fue el cambio del término ‘armas no letales autorizadas’ a ‘medios de defensa autorizados’.
Cabe precisar que en el dictamen de la Comisión se argumenta que la norma no busca dotar a los serenos de equipamiento para hacer “uso de la fuerza”, sino “únicamente para el uso de medios de defensa”. “Está claro que esta es potestad exclusiva de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, como es el caso de la Policía Nacional”, detalla el documento.
Sin embargo, el texto aprobado señala que la finalidad de los medios de defensa es “prevenir y disuadir la comisión de delitos y faltas que atenten contra la seguridad ciudadana”. Cabe indicar que también se incorporó los escudos dentro de este equipamiento.
Si bien la ley ya ha sido aprobada, aun se tiene que adecuar el Reglamento de la Ley 31297, Ley del Servicio de Serenazgo Municipal, en un plazo no mayor a los 30 días calendario, contados a partir de la entrada en vigor de la ley. Esta es competencia del Poder Ejecutivo, con el refrendo del Ministerio del Interior.
Aceptación política y municipal
El presidente del Congreso, José Williams Zapata, estableció que “es fundamental que [los serenos] cuenten con las herramientas adecuadas para su defensa y acción ante la delincuencia. Por ello, hemos aprobado, por insistencia, la ley que autoriza el uso de armas no letales correspondiendo ahora su urgente reglamentación”, agregó. La decisión se tomó con 111 votos a favor.
La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) también ha mostrado su conformidad con la normativa. Incluso, Abdul Miranda, gerente de seguridad ciudadana del municipio metropolitano, recalcó que parte de los elementos indicados en la autógrafa ya eran empleados en algunos municipios, como los chalecos antibalas y las varas.
Sophia Icaza, abogada penalista del Estudio Linares, indicó a El Comercio que el personal de serenazgo puede realizar 'arrestos ciudadanos'. El Código Procesal Penal define que "toda persona podrá proceder al arresto en estado de flagrancia delictiva". La letrada argumentó que los serenos pueden utilizar "algún mecanismo [de retención] siempre y cuando no atente contra los derechos de la persona".
Sin embargo, la MML siempre cuestionó la implementación del gas pimienta. Incluso, el alcalde metropolitano Rafael López Aliaga, mencionó que no brindarían “gas pimienta a un sereno para combatir a un tipo que le va a disparar en la cabeza”.
“La solución va por la ruta que hemos trazado y vamos a mantener: patrullaje integrado. Tenemos la oferta de la señora presidenta de La República: 3 500 policías con moto y a lado un sereno con GPS. Y más el trabajo que estamos haciendo, con el reconocimiento facial y cámaras integradas en toda Lima Metropolitana”, agregó el burgomaestre.
Anteriormente, alcaldes de Surco, Miraflores, San Juan de Lurigancho, Magdalena, entre otros, se mostraron a favor del uso del mencionado equipamiento, denominado entonces como ‘armas no letales’. Por ejemplo, el alcalde de San Juan de Lurigancho, Jesús Maldonado, dijo: “Lo que necesitan nuestros serenos son implementos para cuidar su vida”.
Incluso, diversos burgomaestres manifestaron su rechazo ante la observación de la autógrafa. Tal fue el caso de Miraflores, San Juan de Lurigancho y La Molina, entre otros.
Carlos Bruce, alcalde de Santiago de Surco y principal promotor de esta ley, señaló que “en la medida que el sereno esté protegido por la ley y tenga mayores herramientas, los delincuentes van a perder. Aquí en Surco le daremos bastones tonfas y gas pimienta a nuestros 1.600 efectivos para que reduzcan a los delincuentes y les pongan grilletes”.
Por su parte, el burgomaestre de Miraflores, Carlos Canales, agradeció “que se haya aprobado esta ley. Porque las armas no letales son vitales para la defensa de los serenos. Ahora necesitamos que el poder Ejecutivo reglamente esta norma lo más antes posible para el bienestar de la población”.
Especialistas cuestionan medida
En conversación con El Comercio, el exviceministro del Interior, Ricardo Valdés, consideró que la nueva medida “puede ser un paso previo para generar policías municipales. Esto implica una situación de competencia con la Policía Nacional, lo que significaría la fragmentación del control del orden interno, y sería contraria a la Constitución”.
“Se está desvirtuando la norma que crea el servicio de los serenazgos. Dicha normativa tiene como objetivo prioritario la prevención. A los serenos se les debería dotar de mayores elementos de comunicación y patrullaje, antes de darles gas pimienta o bastones tonfa”, enfatizó Valdés.
Carlos Basombrío, exministro del Interior, argumentó que serían pocos los distritos que implementarán la norma por los riesgos y responsabilidades que representa, y exhortó en que las autoridades deben ser “sumamente cautelosas en que la formación de los serenos sea adecuada”.
Agregó que “es tremendamente difícil para un sereno discernir en qué situaciones el uso de un ‘arma no letal’ termina protegiéndolo y en cuáles termina exponiendo más su vida”. Definió la situación como “un vacío que ha sido llenado” ante la poca capacidad de la PNP.
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