Hace un año empezaron a morir los médicos peruanos por el COVID-19. El primero fue Waymer Benites, cuyo primer año de fallecimiento se conmemoró ayer. Luego, siguieron más de 400 en todo el país. El golpe de la pandemia en el personal de salud ha sido desolador. Sin embargo, un estudio preliminar realizado por el Colegio Médico del Perú (CMP), en colaboración con Essalud y la Universidad Científica del Sur, muestra que las cifras empiezan a cambiar, en comparación con la situación de la población en general. Percy Mayta-Tristán, médico investigador que encabezó el equipo que hizo el análisis, indica que este es el efecto de la vacunación, incluso con el 75% de médicos con una dosis y el 55% con las dos dosis de Sinopharm.
— ¿A partir de qué momento empiezan los cambios?
A las dos semanas del inicio de la segunda dosis para médicos, se empieza a ver la caída en hospitalización y muertes. Conocíamos que la curva de mortalidad de médicos en la pandemia era un poco más pronunciada que la de la población general, pero que seguía la misma ruta. Ahora hemos visto que en las últimas dos semanas esa curva empezó a caer.
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— ¿Por qué era necesario este análisis?
Venían saliendo varias noticias sobre médicos infectados que tenían una o dos dosis y ya en el gremio había incomodidad sobre la eficacia de las vacunas. Algunos estaban pidiendo que el CMP intercediera por una tercera dosis. Además, hace unos días un laboratorio, a través de un pseudoestudio, estaba ofertando a médicos hacerles pruebas de anticuerpos, pero es una medición que no valida ni ve la protección contra el COVID-19. Como teníamos el análisis corriendo, pensamos que era importante comunicarlo para dar confianza a los médicos.
— ¿Cómo se determina la eficacia de una vacuna?
La eficacia de los ensayos clínicos se mide con el resultado de sintomático positivo a PCR. El resultado preliminar de Sinopharm es 79% en Emiratos Árabes y otros laboratorios tienen cifras distintas, pero en todos los casos la eficacia para hospitalización y muerte está por encima del 90% o 100%, que son los parámetros que importan. La intención de las vacunas es evitar enfermedad grave o muerte, no que nos dé un resfrío.
— Hay quienes esperan una determinada vacuna porque se guían de las cifras de eficacia...
Los mismos médicos tenían un tipo de temor con Sinopharm y las noticias de infección generaban desconfianza. Como CMP, había una duda razonable para medir si estaban cambiando los números o no. Hemos encontrado que hay evidencia tangible de que se ha reducido la mortalidad y hospitalización.
— ¿Qué demuestra esta notoria caída?
El análisis nos ha permitido identificar de forma indirecta que la vacunación funciona. Por eso necesitamos que las vacunas lleguen más rápido para tener ese mismo efecto en la población vulnerable, adultos mayores o personas con comorbilidades. Mientras más se vacunen, vamos a reducir más rápido la saturación del sistema de salud. Todas las vacunas conocidas de los laboratorios protegen de enfermedad grave y muerte. Este análisis lo demuestra.
— ¿Podrían cambiar los resultados por las variantes?
Estos resultados son en plena segunda ola con la presencia de las variantes. Es un resultado real.
— ¿Cómo evitar retroceder lo avanzado?
No confiarnos. Eso pasó en Chile. A pesar de que hay un porcentaje alto de vacunados, la gente se relajó y eso, más las variantes, hizo que despegaran los contagios. En la población médica pasó algo similar, empezamos a ver reuniones sociales de médicos y, evidentemente, muchos casos de contagios entre la primera y segunda dosis. La vacuna no evita que nos infectemos y que podamos infectar a otros. Es un tema de responsabilidad.
— ¿Solo se ha considerado a médicos vacunados en el análisis?
A todos los médicos. No tenemos el dato nominal de cuántos se vacunaron. Se tomó en cuenta la población de cerca de 85 mil médicos vivos a inicio de año y con eso hemos evaluado las muertes y hospitalizaciones en Essalud. Es la información que hemos cruzado con la población general. Estamos pidiendo más información del Minsa. Por eso se trata de un análisis preliminar.
— ¿Cuándo estará listo el informe completo?
Este análisis es una evidencia indirecta de efectividad de Sinopharm. Es indirecta porque no tuvimos la información de cada vacunado. Ahora se han comparado las curvas de la población de médicos con la población peruana. En dos o tres semanas estará listo el informe. Necesitamos un par de semanas para estabilizar más los resultados y confirmar la tendencia. También se está tramitando algún tipo mayor de información y nos ha contactado el Minsa para sumar esfuerzos.
— ¿Qué información complementaria se necesita para conocer la efectividad de Sinopharm?
El estudio ideal que debería sacar Minsa, porque ellos tienen la información, es comparar el grupo de personas vacunadas contra un grupo similar no vacunado para ver cómo les fue en hospitalización, PCR y mortalidad. Eso fue lo que se hizo en Israel cuando se conoció que era efectiva la vacuna de Pfizer. Lo mismo podríamos hacer en Perú si se tiene las ganas.
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