(Publicado el 27 de diciembre de 2013)
Es un hombre mayor que vive su etapa de reposo con sabiduría. “Lo más serio debe divertir”, advierte a todos.
-Apenas se siente mejor, ya está coordinando una entrevista...El periodista nunca se retira y piensa todo el tiempo en la actualidad. Yo estoy enganchado y si hay algo que hacer, lo hago. Con el periodismo hay una simbiosis difícil de cortar, sobre todo luego de tantos años. Me he jubilado viejísimo. En Estados Unidos ya me hubieran tirado un balazo en la nuca para que lo hiciera.
-¿Qué es lo que no debe cambiar en el periodismo?El periodismo es investigación, hallar temas nuevos. Las grandes primicias no se dan todo el tiempo, pero debe haber una dosis de ellas. El buen castellano no debe perderse, y tampoco el ingenio.
-Su primera pasión fue la publicidad. ¿Influyó en su forma de hacer periodismo?La publicidad es una disciplina extraordinaria para mensajes que llamen la atención. Pero no debemos confundirla con el periodismo. La publicidad te enseña el impacto, buscar una imagen o un titular con impacto. Pero debe haber una muralla entre ambos campos.
-Otro elemento clave para usted es el humor.Las carátulas de “Caretas” provienen de una conversación entre varias personas. Hay temas que no se pueden manejar con humor, como las tragedias. Pero al delito y a la corrupción se les puede tomar el pelo.
-¿Cómo debe ser el periodista que desea ver siempre en su redacción?Con una cierta experiencia, aunque podría ser también un joven con cultura periodística. Debe tener curiosidad, eso es fundamental porque motiva. Tiene que escribir bien y sería ideal si tiene un sentido de lo gráfico, además de humor e ingenio.
-¿Por qué le gusta bailar tanto? ¿Lo desestresa?Sí, definitivamente. Bailar es algo que me da salud. Todo el mundo debería bailar a diario.
-¿Qué baila?Bailo salsa, guaracha, vals, marinera no. También bailo rock, swing, música norteamericana.
-¿Le recetaron leer “Caretas” 48 horas después de su publicación para evitar la cólera de hallar erratas?Fue en una época, que duró un par de semanas [risas]. Es imposible... Ahora estoy en un estado de hibernación, y lo hago con más tranquilidad. Antes buscaba el error que se convertía en una montaña. Por vehemente no apreciaba las virtudes.
-¿Qué es lo primero que ve ahora cuando abre su revista?Como todo lector la portada, y de allí empiezo a hojear...
-¿De izquierda a derecha?De izquierda a derecha, aunque algunos lo hacen de derecha a izquierda para ver a nuestra calata tradicional [risas]. Luego, comparo los títulos, veo qué hemos logrado de nuevo o diferente. Eso es fundamental, al igual que las fotos.
-¿Con qué gobierno se sintió más cercano?Depende de qué época en esos gobiernos...
-¿Alguna vez se acercó demasiado a un presidente de la República?Con Belaunde hubo bastante relación, en la época de su primer gobierno. Después con Alan García, quien en lo personal es fascinante. Y claro, en la política todo parece una caricatura, donde los defectos se multiplican. Pero es difícil que el periodista y el político sean verdaderos amigos. El periodista debe mantener la distancia.
-¿Qué aporta “Ellos & Ellas”?Siempre hubo una sección Ellos & Ellas y fue creciendo. Ahora está multiplicado y es un magacín de actualidad. No es una revista política, por más que su carátula lo sea.
-¿Cuáles serían las diez palabras más recurrentes en los 63 años de su revista?Muy buena pregunta [piensa]. Tendría que estudiar el tema... A ver, política, economía, seguridad, criminalidad, política militar, parlamentarismo, partidos políticos... Hasta allí llego.
-¿Cuál es la fórmula para hacer periodismo en “Caretas”?Tratar ciertos temas delicados y estar dispuesto a meterse en problemas manejándolos con humor. Creo que esa es la combinación. Eso es lo que ha quedado y queda del estilo de “Caretas”. En vez de quejarnos, vemos las cosas con ironía.
-¿Sigue soñando con volar?Sí, aunque menos. Tuve una época en que soñaba con volar por La Herradura. He dibujado muchos de mis sueños apenas me despertaba. Tengo uno volando en un carro con velas, y otro en una especie de trapecio donde voy amarrado.
EN FRASES“La objetividad total en una cantidad de temas es imposible. Lo que se puede es opinar con lealtad a una posición”.
“Busco como una joya algún tuit ingenioso, pero son difíciles de encontrar; la mayoría es insultante o banal”.
AUTOBIOGRAFÍA:Estudié como un gitano. En el San Silvestre, en el Maristas de San Isidro, en un colegio en Chile y también en un colegio preparatorio en Estados Unidos. Iba a ir a la Universidad de Cornell, pero se acabaron los fondos familiares. Me quedé sin título universitario. Mi virtud es no inventariar mis virtudes. Y ya solo evaluar mis defectos me da un complejo de inferioridad. Admiro, aparte de mi familia, a una media docena de personas. Me resulta imposible elegir entre ellas.