El pasado 13 de mayo, las piezas exhibidas en la fachada del Centro Cultural de España, CCE, que formaban parte de la exposición “El fuego drag de Yma Súmac” fueron desmontadas por indicación del director de la institución, Joaquín Benito Tejero, de acuerdo a Jorge Valverde, gestor y cocurador de la muestra.
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La exposición, tanto en sala como en su versión virtual, empezó el 22 de abril y debía cerrarse el 30 de mayo, pero suspendida antes por decisión de los artistas. ¿Qué ocurrió? ¿Porqué se tomaron esas medidas? Nos comunicamos con las partes involucradas.
La obra
Jorge Valverde explica que “El fuego drag de Yma Súmac” se realizó en el marco del proyecto “La mirada que soy”, que busca explorar la función pública de artistas en general. Esto quiere decir, acudir a algunos artistas para homenajearlos y recordar sus obras, reactualizarlas, representarlas y pensar qué función puede cumplir ahora recordarlas. En el caso de Yma Súmac, cuenta Valverde, la idea era pensar en lo que ella podría representar ahora para la escena drag o LGTB en general. “(...) Yma Súmac era peruanidad, arte, escena drag, identidad. Y con lo drag y LGTB era también reivindicación, demandas urgentes como las del feminismo, demandas de género, algo que nos interpela fuertemente por el país tan conservador que somos”.
Fue así que se presenta la propuesta al CCE que la aprobó. Pero surgió la pandemia, alteró todo y tuvieron que organizarse de una manera distinta a la planeada y que supuso nuevos desafíos, como hacer una galería virtual y usar los espacios exteriores porque, según manifiesta Valverde, “el espacio público es el mejor lugar donde se puede hacer memoria”.
Maricel Delgado, ex coordinadora de exposiciones del Centro Cultural de España, confirma que la idea de la exposición tenía casi dos años. “Estaba prevista para realizarse el año pasado, pero por la pandemia y por el carácter de laboratorio con énfasis en prácticas performáticas, decidimos aplazarla. En la exposición participaron 10 artistas, pero el proyecto involucró a muchas más personas porque previamente a la exposición se realizaron dos semanas, en enero y marzo, de encuentros, charlas, conversatorios, talleres en torno al tema drag”. La muestra presencial y virtual se inauguró el 22 de abril.
El hecho
De acuerdo a Jorge Valverde, el 13 de mayo el director del CCE, Joaquín Benito Tejero se comunicó telefónicamente con él para pedir que todas las obras que estaban en el exterior pasen a las salas interiores por un incidente de seguridad. “Fue una llamada que hace el mismo director, no la coordinadora con quien yo trabajaba, Maricel Delgado. Esa llamada me habla de una mayor gravedad, de una urgencia. Pienso en los equipos –porque había una instalación sonora y una audiovisual que implicaba el uso de un televisor y una urna– y en ese momento pensé en reubicar algunas obras. Pero soy claro en decir que no veía qué seguridad comprometía el banner de Túpac Amaru de Javi Vargas –que ya había recibido observaciones que llegaron a través de Maricel–, tampoco un vinil de Claudia Vanesa en una de las paredes de la fachada, ni el vestido de un maniquí. Le pedí a Joaquín que nos diera el fin de semana para ver cómo se disponía el resto de las piezas –lo del banner era inmenso, suponía replantear el formato–, no era tan inmediato porque había que repensar una lectura, comunicar con la web y hacer todas las relaciones. Se lo dije por WhatsApp el jueves 13 y la siguiente comunicación (realizada el mismo día) es que ya había sido todo desmontado”.
Según el cocurador Valverde, hubo varias propuestas después para trasladar las piezas, “pero la decisión fue drástica e innegociable. A la vez fueron surgiendo más cosas de orden técnico. Todo esto ocurrió dejando afuera a Maricel, que era la coordinadora y especialista en el tema. Ella, que estaba fuera de la ciudad, se comunicó conmigo y me dijo que no sabía nada al respecto y que le parecía irregular. No en vano ha renunciado. Todo eso generaba una situación especial. Para nosotros era una censura, la tratamos de resolver en pro de la exposición, de lo que se quería comunicar y en pro de los artistas”. Pero las partes no llegaron a ningún acuerdo.
Maricel Delgado, quien efectivamente se encontraba fuera de Lima cuando ocurrieron los hechos, comenta que el director intentó comunicarse con ella, pero que vio el mensaje cuatro horas después, cuando ya se habían desmontado las obras. ”El director me indicó que había sido una decisión ejecutiva que se vio obligado a tomar y que respondía a la seguridad y a temas técnicos”. Tras lo ocurrido y luego de la reunión de todos los involucrados, la curadora y fotógrafa presentó su carta de renuncia.
Diana Collazos, cocuradora de la muestra, sostiene que las razones que les dieron para explicar el retiro de las piezas de la fachada resultaron insuficientes, poco claras y ambiguas. “Me di cuenta de que el director no puede expresar lo que ha sucedido. Entiendo que esta decisión no ha nacido de él y le pedimos que lo ponga por escrito. Los artistas nos hemos sentido maltratados y pensamos que esto tiene que ver con la obra de Javi Vargas. Nos da esa sensación, pero no hay nada concreto”, manifestó Collazos.
Luego de ello, el 18 de mayo, gestores, curadores y artistas tomaron la decisión de pedir el retiro de la exposición completa y emitieron un comunicado (con fecha 25 de mayo) en el que calificaron de censura la acción de desmontar las piezas de la fachada sin previa coordinación.
La voz de los artistas
Para Jesús Álvarez, autor de una de las obras que estaban expuestas en el exterior de la fachada, se trata de una censura por haber travestido o feminizado representaciones tradicionalmente masculinas y andinas (Túpac Amaru o la danza tradicional de Paucartambo) en una coyuntura política como la actual. Una censura no del Centro Cultural de España, que siempre se mostró abierto a exhibir estos temas, sino de espectadores. “Desafortunadamente, la institución en lugar de abrir diálogos y visibilizar la problemática (esa era la función de la exposición) dio pie a la transfobia y el machismo del público. Ganó la presión externa”, dijo el artista.
Por su parte, el artista Javi Vargas señala que él trabaja hace varios años con la imagen travestida de Túpac Amaru en distintas versiones y que hubo otros casos de censura transfóbica, precisamente cuando dialogaban con el entorno público, “que en esta ocasión adquiere otra complejidad, pues esta imagen (la de Túpac Amaru) está asociada política y genealógicamente a la izquierda, en el contexto de las elecciones. La dirección del CCE ha sido críptica y no ha dado mayor explicación que un argumento (el de la seguridad) que podría interpretarse de muchas maneras. Frente a ello uno puede especular también de otros modos. Mi interpretación de los hechos se basa en experiencias anteriores similares, donde las dinámicas de censura se repiten”, manifestó.
“Es una decisión que nos ha sorprendido, pues el CCE por muchos años fue una casa que acogió y dio bienvenida a expresiones de disidencia sexual. Es muy probable que haya una complejidad de poderes detrás de esta decisión, pero eso es algo que hasta ahora solo podemos especular frente a la ausencia de diálogo y explicaciones de parte de la administración del CCE. Las y los expositores nos sentimos vulnerados no solo por el retiro de las piezas sino por la ausencia de diálogo y explicaciones”, acotó Vargas.
En esa misma línea, sostiene Maricel Delgado que se trata de una situación muy difícil en la que no ha habido una comunicación franca y donde se han transgredido acuerdos tácitos. Y añade que las formas y la falta de claridad han llevado a curadores, curadoras y artistas a sostener que es un acto de censura. “Entiendo perfectamente que toda la situación genere esa lectura y malestar en los y las artistas, curadores y curadoras, y me solidarizo con ellos. También considero que se ha pasado por encima del trabajo curatorial sin dar razones claras, sin intentar consensuar y llegar a decisiones en conjunto, y esto me parece un hecho grave”, finaliza.
El CCE se pronuncia
Aunque ningún miembro del Centro Cultural de España brindó una entrevista para esta nota, la oficina de prensa de la institución compartió este pronunciamiento oficial que dice: “Desde el respeto a las discrepancias y al trabajo de todas las personas implicadas, el Centro Cultural de España en Lima no emitirá ningún comentario al comunicado de los artistas y curadores de la exposición “El fuego drag de Yma Súmac”; y lamenta la situación generada que ha impedido llevar a término el periodo previsto para esta muestra”.
El Centro Cultural de España se ha distinguido siempre por ser un espacio plural que acoge expresiones artísticas que abordan temáticas de diversa índole, como las que visibilizan la problemática LGTBIQ. En lo que va del año, por ejemplo, en enero y marzo, presentó una serie de conversatorios y encuentros previos a la exposición “El fuego drag de Yma Sumac”. El 1 de junio inaugurará la segunda edición del encuentro “Armarios Abiertos. Activismo LGTBIQ en Iberoamérica”, con el que se suman a las actividades programadas en el contexto del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. Además, en los últimos tres años ha realizado el Outfest Perú, Festival de Cine Gay, Lésbico y Trans.
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