“Espacios revelados” es un proyecto que invita a descubrir la ciudad y nuestro patrimonio desde diferentes perspectivas y que fomenta a la vez, la colaboración entre artistas, instituciones y ciudadanía para recuperar espacios públicos que están olvidados o son desaprovechados por la comunidad. A diferencia de anteriores ediciones realizadas en Buenos Aires, Santiago de Chile, Bucaramanga y Guadalajara, que tuvieron sesiones durante 10 u 11 días, en nuestro país, el proyecto se realizará en cinco etapas durante cinco meses.
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Paloma Carpio, miembro del equipo curatorial y de gestión del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, aliado para el diseño y la ejecución de este proyecto impulsado por la Fundación Siemens Stiftung, sostiene que el proyecto intenta revincularnos a la ciudad, “volver a mirar el patrimonio, pero asociándolo ar la acción viva de las comunidades que habitan el territorio en torno al Centro Histórico de Lima, al río Rímac y a Barrios Altos, y planteando la idea de que el arte puede propiciar este acercamiento, para que la ciudadanía vea de otra manera su propio contexto”.
Seleccionar los espacios que serían intervenidos ha sido un proceso de distintos pasos que se inició en el 2019, explica Carpio. “Pensando en los retos que tenemos como ciudad y luego de mapear y recorrer diferentes lugares, vimos que este eje del río Rímac requería un acercamiento porque es un espacio fundacional de la ciudad colonial, donde convive también todo un imaginario prehispánico. La idea era romper las barreras invisibles que nos separan como limeños y conectar con este entorno natural al que le hemos dado la espalda”. De acuerdo a la gestora cultural y según las investigaciones realizadas, el Rímac sigue siendo un espacio negado de la ciudad que, a pesar de estar unido por puentes al Cercado de Lima, la gente no se anima a cruzar.
A partir de este proceso, el grupo curatorial fue identificando lugares públicos y privados que habían caído en desuso, antiguas fábricas, instituciones que nadie sabe que existían, e hicieron una lista de aquellos que podían acoger intervenciones artísticas. Algunos de estos espacios son, por ejemplo, la Plaza Revólver (Alameda de los Descalzos), el sótano del Correo Central, el Parque de la Muralla, los jirones Trujillo y Conde de Superunda, el Puente Balta y la antigua fábrica Backus, del Rímac.
Diversidad de expresiones
“Espacios revelados” articula en total 27 proyectos de instalaciones, performances y otras acciones artísticas que se irán mostrando al público en cinco etapas o rutas, desde noviembre de este año hasta marzo del próximo, un fin de semana cada mes. La primera fecha se celebrará del 12 al 14 de noviembre.
Participa un conjunto de nueve colectivos –cinco internacionales y cuatro peruanos– que fueron invitados directamente, por su trayectoria y por el tipo de trabajo que hacen. Para elegir al resto, se hizo una convocatoria abierta a la que postularon más de 160 artistas y colectivos nacionales. “Fue un desafío enorme porque solo podíamos escoger 18 proyectos”, señala la curadora quien destaca, además, que el éxito de la convocatoria es una clara señal del interés por trabajar en el espacio público y de mirar el arte, ciertamente, como una forma de acercamiento y de búsqueda estética, pero también como un vehículo que genera vínculos.
Cantos para el río hablador
A raíz de una investigación sobre la toponimia del Rímac –en la que se atribuía el don de ‘hablador’ al río–, Sandra Nakamura llegó a algunas crónicas sobre Lima antigua que decían que el Rímac, en realidad, era una gran piedra, un oráculo (el de los plebeyos, mientras que Pachacamac era el oráculo de los nobles). “Aunque este ya esté desaparecido, me interesaba tomar esa información para originar un proyecto: pensé en el género y el número tanto del río como del oráculo (masculino y singular) y en relación a la premisa de ‘Espacios revelados’, me pregunté qué pasaría si quien hablara es una mujer o un grupo de mujeres. Así nació esta intención de trabajar con las jóvenes muralistas de Cantagallo”, explica la artista.
La colaboración de Nakamura con las artistas shipibas no es solo para generar un mural, sino también para incorporar los cantos que intervienen en muchas de las expresiones culturales de los shipibos y ofrecer en “Serenata para un río hablador”, una especie de ritual porque, en contexto de la pandemia, menciona la artista, son necesarios estos pequeños espacios de sanación. “Normalmente se aprecia el arte de los shipibos en los grandes murales que son hermosos, pero dejan un poco de lado el canto, que es más etéreo y temporal. Yo quería que en este proyecto se presenten estos aspectos menos visibles de la cultura shipiba. Los cantos que se van a presentar en la serenata son unos cantos masha, más cotidianos, y que han sido compuestos por Sina Mea (Salomé Buenapico Silvano), Metsa Kate (Rossy Silvano Inuma), Metsa Rama (Pilar Rossany Arce Mahua) y Pesin Kate (Cordelia Sánchez García) especialmente para dirigirse al río”.
Del 12 al 14 de noviembre habrá una estructura al pie del río Rímac, visible desde el puente Trujillo, que será cubierta con un mural, y que va a funcionar como un escenario desde el cual las mujeres se dirigirán al río y al público transeúnte.
Conexión intercontinental
Luisa Pardo y Pedro Pizarro, del colectivo mexicano Yivi, participan en la primera etapa de “Espacios revelados” con la instalación de “Serpiente de tierra” en la Plaza Revólver del Rímac. Pardo reconoce las similitudes entre la historia mexicana y peruana que les permitieron identificar y establecer su plano de acción, “ambos países tenemos estas capas de historia, de pueblos originarios, de templos, ruinas e iconografías que se develan cada vez que hay un proceso de desentierro. De alguna manera compartimos esta historia de interrupción cultural y de mezcla”.
Pizarro agrega que parte de su trabajo es situarse y relacionarse con el paisaje del lugar, con sus necesidades y con las características de las personas que lo habitan. Estudiarlo, analizarlo y dialogar con eso. “En este caso propusimos un diseño que dialogara con el espacio y con la realidad, como punto de partida, que no omitiera a las personas que lo habitan. Por ello, la idea de tener dos talleres previos a la construcción de las serpientes era que vecinos y vecinas pudieran participar del diseño, pudieran entenderlo y aportar a la escultura”,
¿Por qué serpiente y tierra? Explican los artistas que el uso de la tierra es una tradición continental que se manifiesta en el arte de construir, tanto aquí, como en México. Así mismo, asienten que la referencia a símbolos, como la serpiente, tanto en la cultura del sur como en la de Mesoamérica, es un elemento fundamental y hay un arte que nos conecta en torno a ella.
El dato
En noviembre, serán revelados siete espacios:
-Puente Trujillo, Río Rímac, con el proyecto “Serenata para un río hablador”, de Sandra Nakamura, Sina Mea, Metsa Kate, Metsa Rama y Pesin Kate.
-Plaza Revólver, Alameda de los Descalzos, con el proyecto “Serpiente de tierra”, del colectivo Yivi, de México.
-Casa de Correos y Telégrafos, “Postales de Luz”, de Comunespacio.
-Parque de la Muralla, Rímac, “Chaka”, de Óscar Alberto Pacheco Land.
-Puente Balta, con el proyecto “AAAAAA”, de DIADIA Arquitectura.
-Fábrica Backus, “Deseos y promesas”, del colectivo Oficina de Arquitectura 24/7.
-Correo Central, Parroquia San Lázaro, “Correspondencias”, de Elgalpon.espacio.
Para más información, ingrese a www.espaciosrevelados.pe
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