Quiénes lo vieron hace tres años con “Guerrero”, espectáculo que le rindió homenaje a las mujeres que colmaron su vida de aprendizajes, fueron testigos de la pasión y entrega del bailaor español en cada movimiento. Ahora, Eduardo Guerrero vuelve con una poderosa puesta escénica que llega por partida doble al Perú como parte de la gira del gaditano por Sudamérica. Poco antes de que los teatros cerraran en el mundo, el prodigioso artista concluía su por entonces última pieza sobre las tablas. “Sombra efímera II” nace de una primera presentación realizada en el Festival de Flamenco de Sevilla del 2018, pero fue evolucionando tanto que hoy marca notoria distancia de su predecesora. Esta emotiva creación reafirma que con el incansable taconeo de Guerrero el cuerpo también es capaz de alzar la voz para cuestionar y llevar un mensaje cargado de actualidad y tolerancia. Lo acompañan las voces de Samara Montañez y Manuel Soto, junto a la guitarra de Javier Ibáñez. Las funciones se llevarán a cabo en el Gran Teatro Nacional.
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Sombra efímera II parte de un espectáculo creado hace varios años, ¿cuál dirías que son las diferencias más sustanciales entre ellas?
Ahora hay todo un trabajo de creación que hemos llevado al teatro. La primera sombra efímera se hizo en la calle, sin escenografía ni iluminación. Cuando decidimos llevarla al festival de Jerez en 2019 es que empieza el crecimiento de esta propuesta potente y contemporánea. Se encarga una escenografía especial, un diseño de iluminación. Hay una búsqueda de lo estético con el vestuario y todo un trabajo de investigación, creamos todas las letras del flamenco para hacerlas más coherentes con la línea de conceptual de la pieza.
Dos temas que se repiten en tus espectáculos son el papel de la mujer en la sociedad y la necesidad de libertad. ¿Qué otros temas adicionales abordas ahora?
Es que parece que no nos damos cuenta el valor que tienen las mujeres en la vida. El empoderamiento de la mujer está representado en esta pieza con ella subiendo a una montaña con una rama en la mano y clavándola en lo más alto de la cima. Está también la relación con la tierra, la destrucción, del abuso que hacemos con lo material, el individualismo.
Además de tu fuerza y vitalidad a la hora de bailar, ¿cómo logras que este espectáculo conecte con el público?
Intentamos lanzar algunas preguntas para que este sea capaz de dialogar con el espectáculo. Por ejemplo, los cantaores salen a la escena y lo primero que hacen es lanzar un grito interrogatorio: “¿quién cierra? ¿quién abre? ¿quién pregunta?”. Ese es el primer mensaje que se escucha en la pieza y lo que se intenta es mostrar a quiénes se lanzan al mundo y a quiénes son capaces de quedarse consigo mismo.
¿Es por estas preguntas existenciales que se decide incluir poesía sufí en esta pieza?
Es algo que nosotros buscamos desde un descubrimiento nuevo que hicimos. Llegó un momento en que nos preguntamos porque tenemos que cantar letras que anteriormente las han sufrido otros cantaores y nosotros no somos capaces de canalizar. Nos pareció que era más bonito y mejor construir desde la poesía sufí las letras que a nosotros nos emocionaban y dialogaban a partir de lo que estaba ocurriendo en la obra. Son poemas que cuentan mucho y hablan de lo ocurre ahora aunque estén escritos desde hace mucho tiempo.
¿La pandemia inspira en algo la versión final de este espectáculo?
“Sombra efímera II” se creó sin tener idea de que esto iba a ocurrir, pero es verdad que el mensaje que tiene es muy social y era necesario ser llevado a escena. Por eso creo que se ha convertido en un espectáculo muy actual porque todas esas preguntas que nos hacíamos antes de la pandemia no tenían respuesta hasta que hemos vivido la situación que nos ha tocado. Luego sí hemos creado en medio de la pandemia “Por debajo de los pies”, que cierra una trilogía formada por estas piezas, las dos sombras efímeras, que son un reflejo de la situación mundial que atravesamos.
Personalmente, ¿Cómo viviste estos últimos dos años?
Me sirvieron mucho, fue como un parón necesario para crear, tener tiempo para mí mismo, tener una escucha de lo que mi cuerpo necesitaba. Pude leer lo que quería presentar, me sirvió para hacer el trabajo de mesa para mi siguiente espectáculo.
¿Fuiste de aquellos que recurrieron al mundo virtual para seguir transmitiendo su arte?
Organizaba unas representaciones en casa. Durante algunos meses, todos los días hacia una conexión de una hora con la gente que me seguía. Hablábamos un poco, les bailaba, les enseñaba a hacer algún paso. También, una vez al mes, mostramos en nuestra web presentaciones completas de alguna pieza de manera gratuita. Pero para mí era solo hasta que durara la situación extraña que vivíamos.
¿Cuándo retomas tus actividades presenciales?
No tardé mucho en volver a los escenarios, fue en el mismo 2020. Si debía a hacer performance en la calle no importaba, lo importante era mantener vivo el alma y el espíritu del arte y la cultura. Hicimos el esfuerzo de respetar aforos para mostrarle al público que estábamos más vivos que nunca. Era necesario que la gente pudiera volver al teatro para consumir el arte en directo y en convivencia con el artista y la emoción.
MÁS INFORMACIÓN
“Sombra Efímera II” va el lunes 28 de marzo a las 8:30 p.m. y martes 29 a las 9 p.m. en el Gran Teatro Nacional. Entradas en Teleticket desde S/40.
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