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En 2001 Björk dividió al mundo de la moda cuando apareció con su vestido “cisne” en la alfombra roja de los Oscar. Diseñado por Marjan Pejoski, el modelo a base de plumas blancas y con la cabeza de un cisne alrededor del cuello sigue apareciendo en las listas de los peores “looks” de los premios más importantes del cine, y ahora es uno de los hits de la gran retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) dedica a la cantante islandesa.
El comisario alemán Klaus Biesenbach, que ya llevó al MoMA a la banda electropop Kraftwerk, persiguió durante años a Björk hasta que ésta accedió. “No le gusta volver la vista atrás”, afirmó Biesenbach durante la presentación de la muestra a los medios. “Así que le dije que sería una retrospectiva hacia el futuro, una exposición que mostrara dónde estará dentro de tres años”. Y es que según el experto, Björk es ya mucho más que una cantante, es una “artista muy madura y avanzada, que se ha ganado un gran reconocimiento”.
La retrospectiva, que abre sus puertas el domingo, guía al visitante por la vida y obra de esta elfa del pop que nació en Reikiavik en 1965, comenzó a componer desde su más tierna infancia y lleva vendidos más de 20 millones de discos.
Videoclips, diarios -primero en islandés y luego en inglés-, textos, composiciones, fotografías y extravagantes atuendos sirven para ilustrar el carácter polifacético de esta artista multitalento son parte de esta muestra, así como la audioguía compuesta para la visita convierte el recorrido de la exposición en un paseo por la música de cuentos islandesa.
Te invitamos a ver parte de lo que será esta exposición en las imágenes que acompañan esta nota.
(Fuente: EFE/ El Comercio)