Carrie Fisher, una hija de la realeza de Hollywood que se hizo de su propio nombre en la cultura pop como la princesa Leia en la trilogía original de “Star Wars” y convirtió su lucha contra las adicciones y sus problemas de salud mental en libros entretenidos, una película exitosa y un espectáculo teatral, murió el martes tras sentirse mal en un vuelo la semana pasada. Tenía 60 años.
“Carrie era única ... brillante, original. Graciosa y sin miedo emocional. Vivió su vida con valentía”, dijo su compañero de reparto en “Star Wars” Harrison Ford en un comunicado.
Fisher, hija de la actriz Debbie Reynolds y del cantante Eddie Fisher, había estado hospitalizada desde el viernes cuando un grupo de paramédicos atendió a una paciente en un aeropuerto de Los Angeles. Su familia no dio detalles sobre la emergencia, pero según reportes había sufrido un paro cardiaco.
“Gracias a todos los que han acogido los regalos y talentos de mi amada y maravillosa hija”, escribió Reynolds en su página de Facebook el martes. “Estoy muy agradecida por sus condolencias y oraciones que ahora la están guiando hacia su próxima parada. Con amor, la madre de Carrie”.
Fisher tuvo su debut cinematográfico junto a Warren Beatty en el éxito de 1975 “Shampoo” y también actuó en “Austin Powers”, “The Blues Brothers”, “Los ángeles de Charlie”, “Hannah and Her Sisters”, “Scream 3” y “When Harry Met Sally ...”.
Pero su papel más memorable era el de la princesa Leia en “La guerra de las galaxias” de 1977 con sus inconfundible peinado con moños laterales y quien pronunciaba la frase “Ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”.
Retomó el papel en el episodio V de la serie “El imperio contraataca” y en el VI “El regreso del Jedi”. En 2015 le dio gusto a los fans al interpretar de nuevo a la princesa en “Star Wars: El despertar de la Fuerza”, y su imagen animada por computadora aparece en “Rogue One: Una historia de Star Wars” de este año.
“Sin palabras, estoy #Devastado”, tuiteó el actor de “Star Wars” Mark Hamill.
Por años Fisher luchó contra las adicciones y problemas de salud mental. Dijo que fumó marihuana a los 13 años, usó LSD a los 21 y la diagnosticaron como bipolar a los 24. Fue atendida con terapia eletroconvulsiva y medicamentos.
En 1987 su novela semiautobiográfica “Postcards From the Edge” se convirtió en un éxito de ventas. Fue adaptada al cine en 1990 en una película protagonizada por Shirley MacLaine y Meryl Streep, con el título de “Postales desde el abismo” en español.
Fisher continuó publicando otros libros: “Delusions of Grandma”, “Surrender the Pink”, “The Best Awful” y “Shockaholic”.
Este año presentó sus memorias “The Princess Diarist”, basadas en los diarios que escribió mientras filmaba la trilogía original de “Star Wars”, en las que reveló que ella y Ford tuvieron un romance en el plató de “La guerra de las galaxias”. Fisher tenía 19 años, Ford 33 y estaba casado.
Siempre dispuesta a verse a sí misma con humor, interpretó a “Carrie Fisher” varias veces, como en la oscura parodia de Hollywood de David Cronenberg “Maps to the Stars” y en un episodio de “Sex and the City”.
En los últimos 15 años Fisher también tuvo una carrera bastante activa como invitada en televisión, como en el programa de Amazon “Catastrophe” como la madre del personaje de Rob Delaney y como una antigua leyenda de la comedia en “30 Rock”. Durante la última década también hizo la voz de un personaje recurrente en la serie animada “Family Guy”.
“Carrie Fisher era inteligente, graciosa, talentosa, sorprendente e increíblemente divertida siempre. 'Family Guy' la extrañará enormemente”, tuiteó el creador del programa Seth MacFarlane.
Fisher y su madre fueron retratadas en un documental que se transmitiría por HBO en 2017. “Bright Lights: Starring Debbie Reynolds and Carrie Fisher”, estrenado en el Festival de Cine de Cannes este año.
Se dio a querer entre los jóvenes con sus tuits extravagantes, llenos de símbolos raros y emojis coloridos.
Su bulldog, Gary Fisher, tenía su propia cuenta de Twitter e Instagram. (“Los tuits más tristes de escribir. Mami se ha ido. Te amo @carrieffisher”, se puede leer en la cuenta del perro en Twitter.)
Espectáculo en solitario de Fisher, “Wishful Drinking”, que interpretaba por todo Estados Unidos de manera intermitente desde 2006, se convirtió en un libro, llegó a Broadway en 2009 y fue filmado para HBO en 2010.
Pocas cosas quedaban fuera de esas presentaciones. Fisher hablaba del escándalo que envolvió a sus famosos padres (su padre se escapó con Elizabeth Taylor); su breve matrimonio con el músico Paul Simon; cuando el padre de su hija la dejó por un hombre y el día que despertó junto al cadáver de un amigo que había tenido una sobredosis en su cama.
“Soy un producto de la endogamia de Hollywood. Cuando dos celebridades se aparean algo como yo es el resultado”, decía en el espectáculo. En algún otro momento bromeaba: “no tengo un problema tan grande con las drogas como lo tengo con la sobriedad”.
Además de su madre, a Carrie Fisher le sobreviven su hermano Todd Fisher, y su hija, Billie Lourd.
En una entrevista de 2009 con The Associated Press, Fisher no mostró reparos al revelar detalles sobre su inusual vida, ya fuera sobre sus adicciones, su salud mental o sus relaciones fallidas. Tenía la esperanza de quitar el estigma a las enfermedades mentales.
“La gente se siente identificada con aspectos de mi historia y eso es agradable porque no estoy sola con ella”, dijo. “También creo que eres tan enfermo como tus secretos. Si eso es real estoy muy sana”.
(Fuente: AP)