Hay películas peruanas que no generan la sensación de que todo puede predecirse, incluso antes del comienzo de la historia. La búsqueda de estas valiosas propuestas intensifican las emociones y el placer cinematográfico. Posibles alternativas de estas propuestas que propician el disfrute de los sentidos y de la mente: 1) libertad, naturalidad, rigor o belleza formal, 2) escapan de la falsedad, el subrayado y la obviedad como si estas fueran la peste, o 3) se generan preguntas antes que respuestas en un círculo virtuoso, desconcertante y enriquecedor, que lleva al espectador a abrir puertas y a sumergirse en nuevas reflexiones.
Estas propuestas le suministran oxígeno a un cine peruano copado por apreciables comedias y películas de terror (tiempo atrás, se refería a la pantalla grande local de un modo mucho más vulgar e injusto: “El cine peruano es calatas y lisuras”). Saber que esta diversidad audiovisual existe da alivio. Siempre es saludable salirse de los parámetros, lo que en la actualidad también equivale a romper la engañosa burbuja del algoritmo y el buscador de Netflix y otras plataformas de streaming.
El Festival de Cine de Lima PUCP siempre ha reservado un espacio para la exhibición de las propuestas nacionales. Esta vez, en su edición 22, el evento presentará un total de 24 películas (10 en calidad de estreno). Abordamos tres de ellas:
1. “Todos somos marineros”. Es la ópera prima del director Miguel Ángel Moulet. Su estilo es depurado, inquietante, cautivador y revelador. Aquí los protagonistas son Tolya (Andrey Sladkov), su hermano y un capitán. Ellos viven en un buque pesquero varado frente al puerto de Chimbote. La empresa quebró, el barco no pesca desde hace semanas y los demás tripulantes han regresado a sus países. Sin dinero y con una mínima perspectiva de cambio, Tolya intenta adecuarse a una nueva forma de vida en tierra firme. El horizonte es vasto, aunque ellos no saben a dónde ir. El paisaje es abierto, pero los personajes lucen ensimismados.
El disparador de esta trama fue un reportaje televisivo sobre tres marineros varados en un buque pesquero frente al puerto del Callao que Moulet vio años atrás. En un momento, la periodista asumió que debían hablar entre ellos para no aburrirse, ya que tampoco tenían electricidad. “¿Hablar?”, murmuró uno de ellos que se había mantenido en silencio hasta ese momento. Moulet recuerda: “No sé a ciencia cierta qué pasó con el caso, pero esa respuesta me dejó intrigado”. Luego, tras años de estudios en Cuba, el director llegó a Canadá por una beca, y experimentó una incomunicación que le recordó la angustia y el limbo existencial de los marineros.
2. “Casos complejos”. Nueva película del realizador trujillano Omar Forero. Su sentida visión tiene el valor de reducir la demagogia, la chapucería y la banalización de la realidad a su mínima expresión. Algunas influencias en la obra de Forero: el enigma contemplativo de Abbas Kiarostami o Tsai Ming-Liang. Esta vez, se coloca la cámara en una región del Perú tomada por bandas criminales y marcada por la corrupción. En medio, asoma un conflicto humano entre dos personajes: un fiscal que aún conserva la esperanza de lograr cambios en la sociedad y un joven sicario que no tiene otra opción que matar para vivir. ¿Cómo llegó a ser un asesino a sueldo? ¿Cuál es el rol de la justicia en esta trama de crímenes y violencia?
3. “Los helechos”. Primer largometraje del director Antolín Prieto. En esta obra se respira libertad, emociones y preocupaciones verosímiles. ¿Qué motivaciones lo llevaron a concretar este trabajo? Él comenta: “Una fue la de resolver el reto de contar una historia usando improvisación actoral en un estructura cinematográfica, y una segunda –que salió a partir de las investigaciones en los ensayos– fue hacer un retrato actual de las relaciones de pareja”.
Es palpable la sensación de frescura en “Los helechos”. Prieto añade: “Quise usar impro, porque sentí que había un tipo de verdad en la actuación que no está siempre en la ficción, sino que está más cerca del documental. Esa mezcla me pareció interesante de explorar”.
Más información
La edición 22 del Festival de Cine de Lima se llevará a cabo del 3 al 11 de agosto en el CCPUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro) y Cineplanet Alcázar, Primavera y Salaverry. Los detalles en www.festivaldelima.com.
Del 24 al 26 de julio estará disponible la preventa de entradas para los suscriptores de El Comercio, con un máximo de cuatro boletos a precio promocional (S/14 para matiné y S/18 para función en horario estelar). El stock es de 400 entradas.
Las propuestas peruanas de este versión del festival participarán en las siguientes secciones: Competencia de Ficción, Competencia de Documentales, Tierra en Trance (centrada en el cine peruano regional) y Hecho en el Perú. En este último rubro estará, por ejemplo, “Sangra. Grita. Late!”, el nuevo filme dramático de Aldo Miyashiro.