RODRIGO BEDOYA FORNO
¿Qué se puede decir de Shailene Woodley? Pues probablemente muchas cosas, porque se trata de una de las estrellas emergentes más interesantes de Hollywood. Es más: su carrera tan solo puede ser calificada como una serie de aciertos que han hecho que, con solo cinco películas estrenadas, todo el mundo la quiera, desde los empresarios más poderosos de Hollywood hasta los cineastas más independientes de EE.UU.
¿Cómo alguien puede hacer eso en tan solo cinco películas? Pues eligiendo las cintas correctas. “Bajo la misma estrella”, su último filme, que se estrena el 26 de junio, le ganó en su primer día a “Al filo de mañana”, con Tom Cruise (26 millones contra diez millones de la cinta de ciencia ficción). Además, con lo que hizo en las funciones de medianoche (poco más de ocho millones) igualó tanto a “El sorprendente Hombre Araña 2” como a “X-Men: Días del futuro pasado”. Ambas costaron 100 millones de dólares. “Bajo la misma estrella”, tan solo 12 millones.
¿Cómo explicamos ese efecto que tiene Shailene? Pues simple: se llama magnetismo. Ella no es especialmente guapa ni especialmente impactante ni especialmente atractiva. Ella es la chica común y corriente, la vecina que es nuestra mejor amiga, la chica que vemos todos los días y que nos saluda con una sonrisa cómplice. Y no hay nadie que lo haga mejor que ella: su naturalidad fluye, sorprende y conquista. Ella no es una megaestrella: es uno de nosotros.
Lo demostró en “Los descendientes”, ese notable drama con George Clooney en que interpreta a la hija mayor, aquella que se une a su padre para descubrir con quién le era infiel su madre. Ahí, muchos vimos a una chica que tenía un talento único, por su temple y su carácter. Temple y carácter que se suavizaron en “The Spectacular Now”, una excelente comedia dramática en la que hace de una chica tímida que, de pronto, comienza a salir con el chico más popular de su colegio. Lo que parte con una trama típica del género va cobrando unos matices notables, sobre todo por unos personajes muy ricos que van cambiando y de los que cuales vamos descubriendo cosas nuevas en todo momento.
“Divergente” fue la cinta casi consagratoria: una novela exitosa de ciencia ficción sobre una guerrera rebelde, tras “Los juegos del hambre”, parece ser una receta segura. Y así fue. Pero, antes del filme, la joven participó en “White Bird in a Blizzard”, ‘thriller’ dirigido por uno de los referentes del cine independiente estadounidense: Gregg Araki.
Ahora, toca “Bajo la misma estrella”, cinta basada en una popular novela de John Green. De más está decir que el éxito del filme también está basado en esa ficción y no solo en EE.UU.: en nuestro país, la cinta agotó salas en sus dos fines de semana de preestreno. Woodley interpreta en el filme a una joven con cáncer que es obligada por sus padres a asistir a un grupo de terapia, donde se enamora de otro joven con la misma enfermedad. Es cierto que la combinación no es la más atractiva: el cine, la juventud y el cáncer hacen pensar en el sentimentalismo más ramplón. Pero la crítica ha sido muy positiva con la cinta, así que habrá que darle una chance.
Porque, además, está Shailene Woodley. La estrella que parece aquella chica que no conocemos pero que igual, todas las mañanas, nos saluda con una sonrisa. No será la más guapa, pero igual es imposible no caer encantado.
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