Han pasado solo unos días desde la explosiva entrevista que los duques de Sussex dieron a la personalidad de televisión Oprah Winfrey, y esta todavía da de qué hablar. En el diálogo de dos horas el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, revelaron las razones de su alejamiento de la familia real británica, incluyendo acusaciones de racismo y falta de apoyo a la duquesa que la llevaron a tener pensamientos suicidas.
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Si bien la pareja ha recibido apoyo por las revelaciones, particularmente en los Estados Unidos, los duques de Sussex también han sido criticados por su supuesta indiscreción, así como romper el protocolo que regula la vida de la familia real británica.
Para hablar sobre el tema, El Comercio contactó con el historiador peruano Arnaldo Mera Ávalos, licenciado de la Pontificia Universidad Católica y autor de artículos enfocados en la realeza europea como “Las armas del rey de España en sus dominios del Perú (1532-1824)” y “Efemérides dinásticas de los borbones en la corte de Lima: 1708-1820”. Para el estudioso, Harry y Meghan sí rompieron el protocolo.
“Ella (Meghan) no debió dar una entrevista, porque aún sigue siendo parte de la familia real por más que hayan suspendido sus labores”, consideró el académico.
¿QUÉ ES EL PROTOCOLO?
Mera Ávalos señaló que hay normas muy estrictas en la realeza que giran siempre en torno a la figura del soberano, en este caso la reina Isabel II. “El protocolo debe cumplirse con los que representan a la reina y va bajando a los hijos y a los nietos. La reina ya ha logrado trasladar funciones protocolares a William y a Harry”, señaló el historiador.
Estas normas y protocolos se rigen tanto en la vida privada como la pública y abarcan cosas que parecen menores como obligar a los miembros de la familia real a hacer una reverencia al encontrarse con la reina, el prohibir tomarse ‘selfies’ con el público o comer mariscos, así como estrictos códigos de cómo vestirse. También toma en cuenta cuestiones más serias, como la prohibición de la familia real de expresar una opinión política o ejercer algún cargo público, así como las normas que deciden quién será el siguiente ocupante del trono.
Muchas de estas reglas se siguen simplemente por ser tradición, mientras que la etiqueta que se da en los eventos formales asistidos por la familia real - sean cenas, viajes a otros países y otros- cuentan con un encargado de protocolo que se asegura que se lleve a cabo los actos correspondientes.
Pero Mera Ávalos señala que el protocolo real no es inmutable y como figura central de la realeza, el monarca también puede cambiarlo. Un ejemplo de ello es que a partir del 2012, Isabell II dejó de salir al balcón con toda su familia extendida durante las celebraciones del Desfile del Estandarte - fecha que conmemora el cumpleaños de la reina - para solo estar acompañada del príncipe Carlos y los príncipes Harry y William, cambiando la tradición y mostrando con esa imagen que eran ellos ahora la cara de la realeza británica.
Para Mera Ávalos, la razón de estas normas persisten es la tradición “que se ha conservado porque si bien los reyes ya no tienen poder alguno, representan la nación.”
¿DENTRO O FUERA DEL PROTOCOLO?
En el caso de los duques de Sussex, si se encuentran o no sometidos al protocolo es más ambiguo, debido a que ellos oficialmente se alejaron de sus obligaciones como miembros de la familia real británica en 2020. “Al salirse de sus obligaciones, al mudarse a otro país, ellos están en una especie de limbo donde todavía tienen que arreglar la situación”, consideró.
Arnaldo Mera Ávalos también calificó como “cauta” la respuesta que dio la reina Isabell II a través de un comunicado, en la que la monarca señaló que se tomarán “muy en serio” las acusaciones de Meghan Markle, en particular las de racismo.
“Demuestra que está cambiando con los tiempos. Además termina el comunicado diciendo que los tres son miembros de su familia muy queridos, demuestra el cariño que le tiene al nieto”, señaló. “No es algo usual que la reina Isabel II se comporte de esta forma, si se toma en cuenta el contexto de su largo reinado”.
¿Y qué viene después en la saga real? El académico espera que haya discreción. “Después de este comunicado, lo que se esperaría es que los Sussex sean muy discretos para llegar a un arreglo, tal vez lo más saludable sería que ellos puedan visitar a su familia cuando quisieran”, reflexionó, poniendo como ejemplo de una relación real que se echó a perder el caso del rey Eduardo VIII.
El monarca, sucesor de Jorge V, es recordado por los múltiples incidentes donde rompió el protocolo real, pero su faux pas más notable fue cuando abdicó el trono para casarse con la socialité estadounidense Wallis Simpson, dando paso al reinado de Jorge VI, padre de Isabel II. “A él solo se lo dejó entrar a Inglaterra durante el entierro de su madre y en veces contadas”, recordó el historiador.
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