Los primeros 25 años de la colección A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica pasaron tan rápido como pierde los estribos “La peor señora del mundo”.
La colección del Fondo de Cultura Económica,(FCE), la primera creada para niños en el grupo editorial mexicano, ha conseguido premios internacionales y la preferencia del público en su cuarto de siglo. Las cosas eran muy diferentes cuando surgió en 1991, la oferta editorial era más reducida y el enfoque estaba más en la función instructiva de la literatura que en el desarrollo de los lectores.
El Fondo es un grupo editorial en lengua española, asentado en México, con presencia en todo el orbe hispanoamericano, sin fines de lucro y sostenido parcialmente por el Estado.
“Cambiaron las cosas”, dijo a AP Venegas, coordinadora general de obras para niños y jóvenes del FCE. “Cambió el panorama también en librerías, en ferias del libro, en las escuelas, en un momento donde se empezó a considerar la importancia de que los niños leyeran de manera recreativa, no por obligación”.
A los autores como Francisco Hinojosa, quien según relata el ex coordinador Daniel Goldin se atrevió a presentar un libro “impublicable” al Fondo como “La peor señora del mundo”, la llegada de este sello también les abrió un mundo de posibilidades para desarrollar historias más creativas y atrevidas.
“Es quizá el libro más vendido de las colecciones y uno de los más vendidos del Fondo en general”, dijo Venegas sobre “La peor señora”. “Es un libro que, yo creo que todavía, sigue rompiendo estereotipos sobre qué es lo que un niño tiene que leer”.
En el libro, uno de los primeros publicados por la colección, la peor señora del mundo castiga a sus hijos cuando se portan mal y cuando se portan bien, además de tener sometidos a los pobladores del norte de Turambul.
“Hay violencia, la señora le echa jugo de limón a un niño en los ojos, pero los niños comprenden perfectamente la diferencia entre una historia de ficción y lo que ven alrededor”, agregó Venegas.
Hasta diciembre 229 libros habían sido publicados en la colección A la orilla del viento, con un promedio de nueve títulos por año, muchos de ellos están disponibles en las filiales del FCE en Latinoamérica. Entre sus distinciones destaca contar con títulos en el prestigiado catálogo White Ravens de la Biblioteca Infantil y Juvenil de Alemania, así como otros reconocidos por la Fundación Cuatro Gatos de Miami, incluyendo tres en 2016. Juan Villoro, Alicia Molina, Antonio Malpica, Anthony Browne, Satoshi Kitamura y Sebastian Meschenmoser son otros de los autores que han pasado por la colección.
Para el FCE el total de la venta de libros para niños y jóvenes, que incluyen A la Orilla del Viento, representan el 40% de sus ingresos por ventas, de acuerdo con Venegas.
Como parte de las celebraciones por el 25 aniversario, el libro de cuentos “El Pozo de los ratones” de Pascuala Corona, el primero editado por la colección, fue relanzado en una edición especial bilingüe en español y náhuatl con ilustraciones de David Daniel Álvarez.
El metro de la ciudad de México imprimió 10 millones de boletos conmemorativos en noviembre y actualmente se presenta en la reja y vestíbulo del Museo Trompo Mágico de Guadalajara la exposición “Por cielo, mar y tierra. 25 años A la Orilla del Viento” con más de 80 imágenes de los libros emblemáticos de la colección, la cual estará disponible hasta el 30 de marzo.
Goldin, quien creó y dirigió el proyecto de libros para niños y jóvenes del FCE, destacó que pese a entrar en terrenos desconocidos el proyecto de literatura infantil y juvenil dejó en claro la importancia de escuchar al público infantil.
“Lo significativo fue que nos apartamos de la tradición que presuponía las necesidades de los niños y las inscribía dentro de la necesidad de sustentar una política de creación de la identidad nacional”, dijo Goldin, actual director Biblioteca Vasconcelos de la Ciudad de México. “Hay que pensar más bien en un sujeto que es con el que vamos a dialogar, con el que vamos a crecer y no al que tenemos que instruir, un sujeto que lo más importante son sus intereses y animar y despertar sus intereses”.
Otro de los logros de una iniciativa como A la Orilla del Viento es un aumento en el número de autores e ilustradores que trabajan específicamente para el público infantil y juvenil.
“Lo que para todos significa un reto”, señaló Venegas. “Mantener justamente una calidad y evolucionar también, mantenernos en la búsqueda constante de voces, mantener la calidad de lo que ya hemos publicado”.
“Estamos convencidos de que sí, hacemos libros para niños, pero que cuando hacemos un buen libro eso significa que hacemos un buen libro para cualquier lector”, agregó.
(Fuente: AP)