Aunque cuenta con varios años en el mundo de la dramaturgia y los guiones para cine, Gonzalo Rodríguez nunca quiso dirigir ni actuar. Lo suyo es contar historias desde las palabras, escribiendo constantemente para mostrar relatos de todo tipo, desde el terror sobrenatural y los dramas humanos hasta los romances shakesperianos y las comedias de zombis.
Su primer salto fuera de su zona de confort —las obras teatrales— fue el cine, donde, bajo el rol de guionista, dio forma a cintas nacionales como El vientre (2014), No estamos solos (2016), Siete semillas (2016), Aj Zombies (2017) y Rómulo y Julita (2020). Aunque su gusto por el mundo cinematográfico es un camino en el que se siente cómodo, su pasión por crear historias ha ido más allá de lo audiovisual, publicando ahora su primer libro, Experimento de una familia.
“Empecé a dirigir mi atención hacia la escritura de una novela cuando escribía un guion y sentí que no funcionaba para teatro ni para cine, porque quería adentrarme en la mente del protagonista. Entonces, la literatura me dio el soporte para darle vida a esta nueva historia”, menciona Rodríguez en una entrevista con El Comercio.
Una cuestión familiar
La historia de su nueva novela nos muestra la vida de un hombre que se encuentra en un momento crucial, a la espera de iniciar su propia vida con su esposa. Sin embargo, al descubrir archivos de su padre, se dará cuenta de que su familia esconde un oscuro secreto. Aventurándose en su pasado, comienza un thriller que mantiene el ritmo de una película de misterio, donde la tensión prevalece hasta el desenlace.
“Tengo la idea de escribir esta historia desde los 13 años. La idea era contar la vida de una persona terrible, pero la gran duda fue cómo escribir sobre el mal. No fue hasta hace poco que me di cuenta de que podía abordarlo desde el enfoque de las víctimas de esa persona”, nos cuenta Rodríguez, quien empezó a crear esta nueva historia durante la pandemia.
Para mantener esta tensión, el ahora escritor recurrió a lecturas de Stephen King y Mario Vargas Llosa. Aunque no desea convertirse en un novelista continuo, dejando sus producciones para cine o teatro, Rodríguez ya cuenta con una segunda novela en elaboración y un par de películas en postproducción realizadas junto a su hermano, el director Daniel Rodríguez.
“Ahora puedo decir plenamente que puedo dedicarme a escribir en varias formas. En el cine, enfoco la atención del espectador; en el teatro, muestro en general lo que se dice; y en la literatura, uno puede adentrarse en la mente de los personajes, algo que no se puede hacer en otros tipos de arte de la misma forma y profundidad. Esta novela así lo comprueba”, concluye.
Página: 208
Editorial: Clorinda
Tapa: Rústica
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