La literatura de V. S. Naipaul (1932-2018) es una de separaciones. Y a veces de separaciones irreconciliables. Lo podemos notar desde su origen: ascendencia india, nacido en el estado caribeño de Trinidad y Tobago, y formado en el Reino Unido, específicamente en la Universidad de Oxford. Ese largo periplo de vida lo marcó y, desde luego, marcó su obra. En ella se erige como gran tema la colonización. O quizá la poscolonización, como algunos críticos prefieren etiquetar. Porque Naipaul escribió, sobre todo, de los estragos de ese proceso: la forma en que perdemos nuestras raíces, ocultamos nuestros apellidos, olvidamos las lenguas. Y las tensiones que se generan entre dos de las posibles salidas a ese embrollo: el sometimiento o la alienación.
El autor, que murió el último sábado en Inglaterra, a menos de una semana de cumplir 86 años, escribió más de 30 libros y cosechó numerosos premios. El más saltante fue el Nobel de Literatura del 2001, que le adjudicaron por “una narrativa de gran percepción y un escrutinio incorruptible, que nos empuja a observar la presencia de una historia suprimida”.
La academia sueca también lo catalogó en ese entonces como un heredero del enorme Joseph Conrad, debido a sus profundas y descarnadas reflexiones sobre la influencia de los imperios sobre los seres humanos, en un sentido moral.
Esa relación de poder también se nota en la obra de Naipaul cuando se desdobla en su formato más autobiográfico. La figura de su padre, en ese sentido, marcó varias de sus obras: desde las abiertamente testimoniales hasta la que se considera su novela cumbre, “Una casa para el señor Biswas” (1961).
AUTOR POLÉMICOLa obra y la vida Naipaul no estuvieron exentas de controversias. Su literatura, para muchos, tenía una mirada despectiva y miserabilista del Tercer Mundo o de las “sociedades a medio hacer”, como él las denominaba. En algún momento, el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante salió en su defensa. “La verdad del texto es la verdad del autor del texto, y Naipaul ha escrito sus mejores páginas sobre el otro [...]. La suciedad humana y el hedor son su 'hobby-horse': su caballo de batalla”, escribió.
Ya en un plano más personal que literario, Naipaul fue varias veces cuestionado por su misoginia, con algunas expresiones poco afortunadas sobre la escritura de las mujeres, y una historia de maltratos a sus parejas, en particular a su primera esposa Pat Hale. Él mismo reconoció alguna vez el mal comportamiento que tuvo cuando ella estuvo enferma. En ese entonces, el autor admitió públicamente que había frecuentado prostitutas cuando Hale combatía un cáncer.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA“UNA CASA PARA EL SEÑOR BISWAS” (1961)La novela de Naipul que observa de manera más significativa el desvanecimiento del mundo colonial.“EN UN ESTADO LIBRE” (1971)El asentamiento de dos ingleses en el continente africano trasluce profundas diferencias y heridas.“UN RECODO EN EL RÍO” (1979)La historia de un próspero hombre de la India que decide quebrar su rutina y se muda a la África profunda.“CARTAS ENTRE UN PADRE Y UN HIJO” (1998)Intenso y polémico conjunto epistolar entre el autor y su padre, una de las figuras claves de su formación.