Cómo no va a ser poético el deporte si oscila a cada instante entre la gloria y la derrota. Ejemplos sobran, y el más cercano es el partido de este lunes que enfrentará a la selección peruana contra Australia para definir el cupo al Mundial Qatar 2022. Un encuentro que mantiene en vilo al país, y del que dependerá el ánimo colectivo en los días sucedáneos.
Jorge Eslava entiende, y mucho, de poesía y de deporte. Por eso ha escrito “Gimnasium” (Colmillo Blanco, 2022), un breve y bello libro que significa su regreso a las lides poéticas luego de tres décadas. Una obra en la que se encuentran melancólicos porteros de fútbol, fracasados boxeadores, eternos suplentes, y una serie de situaciones y emociones donde la actividad física se funde con la llamarada espiritual.
Por eso cobra pleno sentido su origen: el libro fue escrito durante el posoperatorio que Eslava –hombre vital y enérgico– atravesó luego de sufrir un desprendimiento de retina. Un periodo que mantuvo su cuerpo convaleciente, pero no sus ganas de crear.
¿Ese “nombrar con palabras pequeños infortunios” que menciona en uno de los versos de “Gimnasium” podría resumir el corazón de este libro? ¿O hay algo más que eso?
A menudo me siento un afortunado, porque conozco mi país. Mis desgracias son exiguas al lado de las verdaderas miserias que viven los sectores populares. Vivo con mi mujer y mis hijos, cumplo con mi trabajo, me regalo serenos placeres. ¿Qué derecho tengo de quejarme? Sin embargo, he escrito este libro que tiene mucho de descontento y, ciertamente, los poemas nombran mis quebrantos de salud. Es un lujo que me incomoda y está en el centro, no solo de este libro, sino de todo propósito que tengo de escribir poesía.
¿Y por qué 30 años para volver al terreno de la poesía? Si no hubiera ocurrido lo que ocurrió con la retina, ¿este libro no existiría?
En Lisboa, lejos de mi familia, escribí “Escollera” (1992) y no volví a escribir un poema, pero procuré que la poesía acompañara mis libros para niños. Esa tarea me parecía más urgente. A principios de este año, pasando unos días fuera de Lima, empecé a escribir un libro de poemas y lo interrumpí a causa de las dos operaciones a la vista. Los textos iban en la línea de “Territorio” (1989) y, durante el posoperatorio, torcieron su destino y surgió este manojo que conforma “Gimnasium”. Evidentemente son textos producidos con rabia y melancolía.
¿El paso de los años se sobrelleva mejor o peor cuando uno ha sido especialmente entregado a la actividad física, al despliegue de energía?
La respuesta pareciera sencilla y no lo es tanto. Hay quienes “entregados a la actividad física”, como dices, terminan maltrechos. Pero si entendemos el entrenamiento como una disciplina que incluye la vida sana, el descanso, la autoexigencia y, por supuesto, un orden ético… no tengo dudas de que nuestra existencia será menos ajena e incómoda.
¿Y la poesía, o la escritura en general, puede sustituir de alguna forma las imposibilidades físicas, cuando estas empiezan a acechar?
Claro que la poesía, el arte u otra pasión pueden reemplazar nuestras limitaciones físicas. Las palabras son herramientas muy poderosas y desde que se inventó la escritura, tres mil años antes de Cristo, han adquirido nuevas dimensiones. No siempre más bellas ni más sabias.
Además de los guantes y de cierta melancolía, ¿en qué se parecen un boxeador y un portero de fútbol? Son dos de las figuras a las que más acudes en estos poemas.
Preciosa analogía. El boxeador y el portero son seres solitarios, dueños de un espacio reducido y condenados a una rigurosa observación. Son estoicos, incomprendidos y diferentes en medio de un cofradía menos expuesta. Y siempre terminan vilipendiados o ensalzados; pero, pese a todo, el gesto adusto de ambos esconde una rara felicidad.
Ahora que se viene el partido clave del repechaje, ¿cómo ves a la selección? Digo: ¿ya podemos decir que hemos perdido esa vieja costumbre de la derrota? ¿O es muy pronto para afirmarlo?
A Ricardo Gareca y a sus colaborares más cercanos no le gusta perder. Y ese ánimo de rigor, compromiso y solidaridad lo han contagiado a los integrantes de la selección. Es un equipo con menos farándula, mejor estado físico, mayor concentración. Tal vez podríamos confiar, al fin, en una cultura de competencia y no de derrota.
Si pudieras elegir a un jugador de la selección actual como personaje literario, ¿a quién elegirías y por qué?
A Renato Tapia. Un jugador fuerte, serio, muy ordenado. Y además un tipo con una línea política claramente progresista.
¿No te desencanta un poco el deporte cada día más y más mercantilizado y optimizado?
Muchísimo. Nuestra selección de fútbol no representa el nivel del torneo local; los clubes están arruinados económicamente, no forman equipos de divisiones inferiores y sobreviven en una mediocridad alarmante. Basta seguir los resultados de las competencias internacionales. Pero tú me preguntas por el deporte en general y eso se extiende no solo a numerosas disciplinas, sino a la práctica desde el hogar y la escuela. Recuerdo que hace muchos años me preguntaron, a propósito de las pruebas de PISA, qué curso me parecía más importante en el colegio, si matemáticas o comunicación. Yo contesté: Educación Física. El periodista sonrió, pensó que bromeaba.
"GIMNASIUM"
Autor: Jorge Eslava
Páginas: 32
Editorial: Colmillo Blanco
TE PUEDE INTERESAR
- Premio Literario Amazon Storyteller: Convocatoria para concurso ya se abrió y el ganador recibirá S/40.000
- Pisapapeles: el “Diccionario de las religiones” y un libro de microrrelatos cinéfilos
- “Mariposas y murciélagos”: la crítica de Luces al libro de crónicas de Julio Villanueva Chang
- “Vivir la lucidez”: la crítica de Luces a los diarios de Albert Camus
- “Ya viene el día”: la imperdible muestra de la Casa de la Literatura sobre un César Vallejo como nunca antes lo viste
Contenido Sugerido
Contenido GEC