(EFE). Mario Vargas Llosa descartó hoy que pueda estallar un nuevo “boom latinoamericano”, porque si bien aparecen buenos escritores, ya no despiertan la misma sorpresa de aquella generación de la década de los años 60.
Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura de 2010, hizo esta reflexión en la W Radio, en una de las pocas entrevistas que concederá a medios colombianos durante su estancia en Bogotá con motivo de la Feria Internacional del Libro, que comienza mañana con Perú como país invitado de honor.
“No hay lo que hubo en el 'boom latinoamericano', el conocimiento, la revelación de un grupo de escritores porque viene sucediendo constantemente y no está el efecto sorpresa de los años sesenta”, explicó.
Además, argumentó que “a partir de los años 60 hay una curiosidad sobre América Latina, en parte despertada por la revolución cubana y se descubren autores que estaban escribiendo desde hace muchos años una literatura muy original, muy rica”.Pero en la actualidad, según Vargas Llosa, hay una “renovación constante” en México, Argentina y Brasil, entre otros países latinoamericanos, así como en España y Portugal, y ante la ausencia de un lenguaje común como pudo ser el “realismo mágico”, “se han abierto las puertas para que surja una literatura muy diversa”.
De la escena literaria colombiana, el Nobel peruano destacó la pluma de Juan Gabriel Vásquez, cuya novela “Las reputaciones” está leyendo y está “muy bien escrita, muy bien construida”, tanto que fue finalista de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
El escritor también se refirió a su más reciente libro “El héroe discreto” sobre dos empresarios que no se dejan chantajear y “se enfrentan a los mafiosos en muestra de un valor cívico y ejemplar a los ciudadanos”.
De otro lado, Vargas Llosa reveló que acaba de terminar de escribir una obra de teatro inspirada en los cuentos del humanista italiano Giovanni Boccaccio y que hay en Colombia tres proyectos para adaptar al cine sus libros “La tía Julia y el escribidor”, “La fiesta del chivo” y “El héroe discreto”.“Yo nunca dejo de escribir, me moriré escribiendo”, dijo, pues esa actividad con la que se gana la vida le supone “un placer supremo”. “Sólo leer me hace gozar tanto como escribir”, agregó.